El fútbol en sí es visto por muchos como simplemente algo recreacional, pero también es entendido por otros como lo que realmente es, una industria multimillonaria que mueve pasiones, pero así mismo, mueve gran capital. Dicho esto, contemplemos la seriedad del asunto y demos un vistazo analítico a la complejidad de las decisiones que afrontan estos clubes, disposiciones que en principio parecen ser irracionales o inentendibles.

Un cambio de formación en medio de partido, el reemplazo de un nombre habitual por uno del banquillo o el análisis de la hoja de desempeño del equipo en los últimos diez juegos pueden influir tanto como la compra o venta de un jugador, el alto precio de las entradas a los encuentros asimismo como la partida de un entrenador en un momento clave.

Adhiriéndome al argumento anterior resulta evidente que un club deportivo es una empresa y bastante completa, que debe afrontar retos de mercado, estratégicos, estructurales/institucionales, legales, decisiones de riesgo. Visto desde este enfoque, entonces la conclusión natural es que no solamente es ganar, sino hacerlo respetando los intereses de todas las personas relacionadas al conjunto, dígase, fanáticos, inversionistas, directores, técnicos, los mismos jugadores que, como entes individuales, son muy influyentes. En fin, de todo el mundo con vela en el entierro.

Estos intereses casi nunca son los mismos y sin sumarles implicaciones de trayectoria histórica. Un equipo ganador, que está acostumbrado a celebrar, esperará que cualquier integrante de su escuadra salga siempre en busca del triunfo. Este es el caso del Real Madrid.

Resulta difícil entender la mente humana habitual. Imagínese usted en el caso de un genio, calificativo de Zinedine Zidane, sin entrar en su carrera de excepcional de jugador. Como entrenador cosechó nueve títulos de las 13 competiciones en que participó en poco más de dos años . No es menos cierto que se fue en su mejor momento. Mucho se ha especulado, choque de egos, conflictos con el presidente, aburrido de la gloria, pero cierto solo son dos cosas, que abandonó al Madrid, pero también que ha vuelto y con una victoria ya en su haber. Parece que “Zizou”, como le llaman, siempre fue y es el antídoto de los merengues.

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