Los evangelistas demuestran que el evangelio es uno y solo uno: el de Jesús

La palabra evangelio viene del latín evangelĭum, que significa “buena nueva”, y en la Biblia son cuatro libros que constituyen la narración de la vida y palabras de Jesús, es decir, su muerte y resurrección.

Los evangelios son reconocidos como parte de la Revelación por las diferentes confesiones cristianas, y se estima que fueron escritos entre los años 60 y 100 después de Cristo, lo que muestra la pluralidad de los evangelistas en torno a la unidad en Cristo.

Pero, ¿quiénes fueron Mateo, Marcos, Lucas y Juan, los evangelistas que llevaron la buena noticia del cumplimiento de la palabra de Dios de que la muerte de su único hijo redimiría a la humanidad del pecado?

San Mateo

Nació en Nazaret y vivió en Cafarnaúm. Era recaudador de impuestos para los romanos, un oficio en aquél entonces odiado por el pueblo, pues veían sus propiedades o dinero como fortunas de ladrones, por lo que les prohibían participar en su actividades religiosas, al igual que de todos eventos de la sociedad cívica.

Jesús, que había curado un paralítico en Cafarnaúm, vio a Mateo en un puesto de cobro de peaje que tenía en el mar de Genesareth y lo llamó a seguirle. El hombre era rico, disfrutaba de un sueldo lucrativo, era un hombre sabio y prudente, y entendía perfectamente lo que le costaría seguir al Señor.

Después de la ascensión del Señor, San Mateo predicó por varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Un poco antes de la dispersión escribió su evangelio.

San Mateo, después de haber hecho una gran cosecha de almas en Judea, fue a predicar la fe a las naciones bárbaras e incivilizadas del Este. También llevó el evangelio a Etiopía y al Sur y Este de Asia.

San Mateo sufrió el martirio en Nudubaz, y fue enterrado en Hierapolis en Porthia.

San Marcos

Marcos nació en Cirene, en las Pentápolis Norteafricanas, en el año 15 y murió en Alejandría en el año 68.

Era hijo de una mujer llamada María, nombre común en la época, una viuda al parecer de alta posición, en cuya casa se reunía la primitiva Iglesia de Jerusalén. Se cree que en la casa de María fue donde el Señor celebró la Última Cena e instituyó la Eucaristía, y que el hombre que llevaba el cántaro era el propio Marcos, detalle conservado por el evangelista y usado también por san Lucas.

Era primo de Bernabé, una de las grandes figuras de la primitiva Iglesia.

San Marcos inicia su actividad evangélica con Bernabé y Pablo, quienes cumplido su ministerio de llevar subsidios a la Iglesia de Jerusalén, fueron a Antioquía llevándose consigo a Marcos.

Enviados de nuevo Bernabé y Saulo a la misión para la que les había llamado el Espíritu Santo, embarcaron rumbo a Chipre, donde predicaron en las sinagogas, teniendo a Marcos como auxiliar o diácono, y una vez evangelizada la isla, al zarpar Pablo, Marcos se separó de ellos y se volvió a Jerusalén.

De su muerte se cie que fue arrastrado por las calles de Alejandría, atado con cuerdas al cuello, y que después lo llevaron a la cárcel y al día siguiente le volvieron a aplicar el mismo martirio hasta que falleció.

San Lucas

San Lucas, el evangelista, nació en Antioquia de Orontes, Turquía, en una fecha no precisada, y en una familia pagana y era médico de profesión, y también pintor. Se convirtió a la fe y acompañó al apóstol Pablo en su segundo viaje apostólico. Compañero de Pablo puso por escrito la predicación paulina en el tercer evangelio.

Se sabe que para redactar su evangelio hizo una prolija investigación y entrevistó a los que más estaban cerca de Jesús, sus apóstoles y su Madre, la Virgen María, de quien se dice que fue ella misma la que dictó el “Magnificat” al evangelista. Solo en su libro podemos encontrar afirmaciones sobre la Virgen muy íntimas como “María, por su parte, guardaba con cuidado todas estas cosas, meditándolas en su corazón”.

Por esa relación tan cercana a María y su pasión por la pintura, se le atribuye la primera imagen de la Virgen, pintura hecha mientras ella relataba con tanto amor todo lo sucedido con su hijo Jesús.

Su evangelio es el que narra los hechos de la infancia de Jesús, y en él se han inspirado los más famosos pintores para representar en imágenes tan amables escenas. Se le considera el mejor y más auténtico biógrafo de Jesús. En su evangelio Jesús demuestra una gran estimación y comprensión hacia la mujer, y ha sido llamado “el evangelio de los pobres”.

Lucas acompañó a Pablo cuando éste estuvo prisionero, primero dos años en Cesarea y después otros dos en Roma
Murió soltero a los 84 años, después de haber dedicado su vida a dar a conocer y amar a Nuestro Señor Jesucristo.

 

San Juan, el discípulo amado de Jesús

El conocido “discípulo amado” nació en Betsaida hacia el año 6 d.C. Fue hijo de Zebedeo y Salomé, y hermano del apóstol Santiago. El dilecto apóstol de Jesús era el más joven y fue el último en morir. Tuvo la oportunidad, junto a Pedro y a Santiago, de presenciar la transfiguración de Jesús en el monte Tabor, en la Baja Galilea. Se cree que Juan fue un hombre acomodado que se hizo cargo de la virgen María luego de la muerte de Jesús. Antes de ser llamado por Jesús se dedicaba a la pesca junto a su hermano y su padre. Tras la resurrección de Jesús, San Juan Evangelista ocupó una posición relevante entre los discípulos. Se estima que falleció tranquilamente a los 98 años, en Éfeso, hacia el tercer año del reinado de Trajano, 100 después de Cristo. Aunque la muerte de Juan no fue de forma violenta como ocurrió con los demás apóstoles, éste padeció bastante por la causa de Cristo. Relatan que en una ocasión mientras se encontraba de misión en Roma lo entraron en un caldero con aceite hirviendo, pero sobrevivió.

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