A sus 36 años, el intermedista dice a elCaribe que también busca aportar al desarrollo de las figuras jóvenes del conjunto

Queens, Nueva York.- Los Mets de Nueva York quieren volver a conquistar una Serie Mundial, y de paso borrar la sequía de 33 años sin levantar ese trofeo. Para ello, han traído a uno de los bates más respetados en las Grandes Ligas, y ni hablar de la defensa: Robinson Canó.

Canó está de vuelta en Nueva York. Con otra camiseta, pero en la misma ciudad que lo vio crecer, que lo cristalizó como una estrella. También, está allí para mejorar la ofensiva del equipo de Queens, y para ayudar a ser mejores a los jóvenes Michael Conforto, Jeff McNeil, Amed Rosario y Pete Alonso, entre otros.
“Ganar no hace daño”, expresó Canó a elCaribe con una sonrisa suspicaz mientras sostiene el bate entre sus piernas en la cueva de los Mets previo al segundo partido contra los Mellizos de Minnesota.

Robinson, quien entró en esta temporada con un promedio de bateo de por vida de .304, está consciente de la oportunidad que le brindaron los Mets, y está claro que a pesar de haber ganado un anillo de Serie Mundial con los Yanquis de Nueva York en 2009, Clásico Mundial con la República Dominicana en 2013, y el más reciente con las Estrellas Orientales, no hay nada mejor que adjudicarse otro y seguir añadiendo hazañas a su largo historial de 15 campañas en Las Mayores.

“No hay nada que demostrar, quiero jugar para ganar. Vine a Nueva York a ganar, y eso fue lo que este equipo me habló, me dijeron que era la pieza clave que le faltaba y estoy contento de estar aquí”, sostuvo el intermedista que impulsó 118 carreras en la temporada de 2011 con los Yanquis.

Después de cinco campañas con los Marineros de Seattle, Canó, quien ha asistido a ocho Juegos de Estrellas, ha bateado por encima de .300 en nueve temporadas en su carrera, está dispuesto a ser ese Robinson José Canó Mercedes que inspiró a muchos y que con su bate demostró que es capaz de producir, a pesar de que ahora tiene 36 años.

“Un solo jugador no va ayudar al equipo a ganar. Esto es un conjunto y entiendo que todos deberíamos ayudar y eso es lo que todos estamos haciendo a la hora buena. Más que contento de estar aquí de regreso, agradecer a los Mets por darme la oportunidad y confiar en mí”, manifestó el petromacorisano que lidera a los segunda base en jonrones, impulsadas, hits, dobles, juegos, turnos al bate, apariciones en el Juego de las Estrellas y WAR desde 2010.

Canó dejó un mensaje muy claro que traspasa los números y récords personales, y es el de volver a sentir el olor del cal de postemporada y conducir a los Mets a otro Clásico de Otoño sin olvidar su huellas como mentor para las nuevas generaciones.

“Con lo poco que he aprendido en mis años de carrera, puedo ayudar a los muchachos jóvenes para que puedan asimilar las cosas más rápidas. Tenemos un buen equipo para competir en esta división. Aún está muy temprano para decidir cualquier cosa o predecir, faltan muchos juegos todavía pero espero que Dios nos mantenga en salud”, dijo Robinson, quien fue adquirido el tres de diciembre junto con el cerrador Edwin Díaz en un cambio con los Marineros de Seattle, en la que fue la primera gran decisión del nuevo gerente, Brodie Van Wegenen.

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