Ayuden a despejar los nubarrones

Pese a los consabidos sobresaltos que acarrea la inseguridad ciudadana, en general, los dominicanos afirman su convivencia en el sistema democrático, admitidos muchísimos defectos,

Pese a los consabidos sobresaltos que acarrea la inseguridad ciudadana, en general, los dominicanos afirman su convivencia en el sistema democrático, admitidos muchísimos defectos, pero también virtudes que deben conservarse y fortalecerse.

Y no debe hacerse nada para dañar los fundamentos que han permitido vivir en esa paz de sobresaltos, pero paz, desde 1966, pese a los avatares sufridos desde entonces para alcanzar la sostenibilidad democrática.

Las pugnas entre grupos y sectores, singularmente los actores políticos, provocan que muchas personas vean nubarrones y amenazas y sientan incertidumbre y miedo acerca del futuro dominicano.

Aunque se diga que no, es sí. Hay toda clase de gente, desde personas sencillas, o negociantes y empresarios importantes que quieren el país, que no ocultan sus inquietudes, y que en los planos privados se aventuran a consultar a quienes consideran “bien informados” acerca de percepciones negativas que ven como asechanzas que podrían poner en peligro las instituciones garantes de la gobernabilidad democrática.

No hablamos de los políticos que a veces exageran. La inquietud se anida más que en el animal político que somos todos, entre personas que solo reclaman el orden y la paz mínima para vivir o quienes igual los requieren para mantener o impulsar sus iniciativas empresariales.

En fin, se advierte cierto desasosiego alrededor de instituciones claves para los procesos de renovación de la democracia, que con defectos o calidad asertiva a veces, han permitido la continuidad democrática durante décadas.

Todo eso tiene que preservarse con la contribución de todos. Pero comienza con las organizaciones en que se afirma la democracia, que son los partidos.

Y entre todos los partidos, incumbe a quienes ejercen el poder directamente o por delegación, realizar las mayores contribuciones para fortalecer los cimientos de la República. Deben ayudar a despejar los nubarrones que se ciernen sobre el país.

Los partidos no deben ser madrigueras para conciliábulos dirigidos a desvirtuar las leyes, la Carta Magna y las instituciones que ella crea.

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