Un punto de encuentro para viajeros, amigos, familiares y parejas

Muchos de los dominicanos que pasan de los 50 años de edad posiblemente tienen muy buenos recuerdos de este emblemático parque capitalino ubicado en el mismo centro de la ciudad. La primera piedra para su construcción fue colocada el 16 de agosto de 1911, en los inicios del sector de Villa Francisca. Ha sido un punto de referencia por muchísimos años para ubicar a cualquier persona que visita por primera vez a Santo Domingo. Este parque fue construido a finales del gobierno de Horacio Vásquez en 1923 e inaugurado el 17 de agosto de 1930, por el presidente de la República Rafael Leónidas Trujillo Molina, a un día de su juramento.

En sus inicios el parque era llamado Enriquillo, en honor al cacique taíno que se reveló en contra de los españoles en la isla. Sin embargo, fue cambiado por Trujillo pasándose a llamar Julia Molina, dedicado a madre. A la muerte del tirano, este monumento nacional recuperó su nombre de origen, el 7 de diciembre de 1961. Este lugar de esparcimiento está ubicado en el sector de Villa Francisca, entre las calles Caracas, José Martí y José de Jesús Ravelo, frente a la avenida Duarte, un área comercial de las más populosas del país.

Este parque ha sido testigo de varios eventos importantes de índole religioso, político, artístico, social, entre otros. Y es que para la época ese era uno de los atractivos más cercano que tenían los residentes del sector de Villa Francisca, y algunos capitaleños de las zonas aledañas. Allí se realizaban misas, campañas evangelísticas, conciertos, manifestaciones de todo tipo y otros eventos que se producían en esos años. Pero también era el lugar perfecto para los jóvenes y adultos que se dedicaban al oficio de Limpiabotas.

Una de las actividades religiosas que se realizó en el Parque Enriquillo fue una cruzada evangelística multitudinaria que se celebró durante 18 días, en marzo de 1954, la cual causó mucha controversia entre la Iglesia Católica, las autoridades médicas del país en contra de dos pastores puertorriqueños, Jaime Cardona y David García, quienes alegaban todo tipo de sanidades en aquel evento.

Otra actividad de carácter cristiano que se efectuó en este lugar fue una Misa de la Juventud, años después, en marzo de 1964, oficiada por monseñor Octavio A. Beras, arzobispo de Santo Domingo. En dicha ceremonia asistió alrededor de seis mil personas, en su mayoría jóvenes pertenecientes a las diversas clases sociales de la capital, quienes rodearon la glorieta del parque mientras cantaban estrofas de himnos alusivos a la juventud.

En mayo de ese mismo año se convocó un mitin para exponer su postura en torno a la Ley de Amnistía de presos y deportados políticos, por parte del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el cual exigía la derogación de los artículos 221 y 224 de esa ley. Sin embargo un funcionario de la Secretaria de Interior y Policía prohibió que se realizara la manifestación en el lugar porque no se permitía celebrar manifestaciones públicas de esa naturaleza en el parque. Para ese entonces solo se disponía realizar ese tipo de evento en el sector del antiguo aeropuerto comprendido entre las calles John F. Kennedy, Presidente Ríos, 27 de Febrero y Jose Ortega y Gasset.

Limpiabotas en el Parque Enriquillo el 15 de septiembre de 1963.

Pero en 1965, el “parque fue cuna de numerosas actividades patrióticas, en contra de la intervención norteamericana y por el retorno de la constitucionalidad”.

En 1996, la Glorieta del parque fue incluida en la lista de edificaciones patrimoniales que, de acuerdo a las resoluciones finales del XVII Congreso de ICOMOS dominicano, sugería ser declaradas Monumentos Nacionales.

Las actividades artísticas también hacían fila para realizarse allí, una de ellas, el concierto que se llevó a cabo el 3 de octubre de 1998 en ocasión de celebrarse un centenario de la barriada de Villa Francisca, el cual fue organizado por el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas Infantiles y Juveniles, y la Orquesta Filarmónica Juvenil Contemporánea, bajo la dirección del reconocido maestro Dante Cucurullo. De igual forma, los carnavales de los barrios populares se centraban en este parque como escenario de las grandes festividades de la época.

La última remodelación que se le hizo, según encontramos, fue realizada en el 2008 por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, el cual logró mover a los buhoneros que se habían establecido en el área por muchos años. Ese remozamiento incluyó siete jardines, dos áreas de juegos, bancos remozados, nuevo arbolado, paseos interiores restaurados, junto a su histórica glorieta.

No obstante, pese a las diferentes remodelaciones que ha sufrido este simbólico parque, no ha podido recuperar el esplendor de sus años dorados.

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