Desorden

Tenemos “escuela nacional” en crear leyes para después no tener voluntad o medios efectivos para hacerlas cumplir, vicio que sabrá Dios cuándo superaremos.

Tenemos “escuela nacional” en crear leyes para después no tener voluntad o medios efectivos para hacerlas cumplir, vicio que sabrá Dios cuándo superaremos. Ahí está por ejemplo la ley de declaración de patrimonio, ideada como instrumento de transparencia gubernamental. Funcionarios y legisladores la violan olímpicamente y nada sucede. Se sabe así que la Junta Central Electoral está facultada por ley para regular la campaña electoral y así lo ha advertido de hecho a los partidos, pero de qué vale eso si no tendrá voluntad, carácter, garra y medios efectivos para hacerlo, como se teme. Entretanto, ordenó suspender las actividades proselitistas a destiempo y se reservó derecho de accionar ante cualquier incumplimiento y violación a dicha resolución. Qué esperanza.

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