Freno al crimen

Crímenes y delitos representan inconductas censurables en cualquier variedad o expresión que se produzcan, pero hay categorías diferenciadoras.

Crímenes y delitos representan inconductas censurables en cualquier variedad o expresión que se produzcan, pero hay categorías diferenciadoras. Por eso calificaciones que conllevan agravantes y otras atenuantes.

El secuestro es uno de esos crímenes agravados que genera sensación de angustia entre familiares de los afectados e incertidumbre en la sociedad en general. Vinculado casi siempre con acciones del bajo mundo, de mafias, de operaciones de narcotráficos y hasta con acciones de índole política, el secuestro en República Dominicana no puede considerarse como un crimen de profundas raíces.

Sin embargo, no ha estado ausente del escenario criminológico nacional. Ha habido etapas, épocas de brotes de ese delito agravado. Esos periodos de aumento en la retención de personas para exigir dinero por su liberación obligó a crear agravantes en la legislación penal dominicana, de forma tal que las penas para quienes incurran en esa violación sean mayores que las previstas para otros actos reñidos con la ley.

En los últimos días se ha informado de una modalidad bautizada como “secuestro expreso”, ejecutada por bandas que según la versión de las autoridades policiales, acechan a personas y bajo amenaza de muerte y golpes, las obligan a retirar dinero de cajeros automáticos. Y si dicen que no tienen o el monto retirado no satisface a los delincuentes, entonces ejercen violencia contra el secuestrado.

Es una situación preocupante porque el hecho de tener una tarjeta de débito no necesariamente signifique que el tarjetahabiente tenga balance suficiente en una cuenta vinculada, sea corriente o de ahorro.

Pudiera entenderse que es una modalidad de secuestro ejercida por “rateros”, diferente a la que ejecutan comandos armados en vehículos tipificados, como las que aparecen en películas. Y que por esa diferencia la acción punible pudiera variar de calificación y hasta cambiar la percepción acerca del delito y su magnitud. Pero el hecho de que una persona sea retenida, desviada de su trayecto, amenazada y despojada de dinero, convierte la acción en el mismo rango de un secuestro al estilo la mafia siciliana, para utilizar una referencia del cine y la televisión, de película.

Las autoridades, policiales y judiciales están obligadas a actuar para impedir que se propague y extienda esta modalidad de secuestro y cualquier otra expresión criminal. El crimen no pude ganar terreno.

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