Manny Pacquiao, sin dudas uno de los grandes boxeadores del pugilismo moderno (único ganador de ocho campeonatos mundiales en otras tantas divisiones en la historia del boxeo), se jugará su alto prestigio cuando el 20 de julio enfrente a un peligroso rival llamado Keith Thurman.
Será una pelea por el cinturón welter de la Asociación Mundial de Boxeo. Pacquiao es el “Súper Campeón”, en tanto que Thurman es el dueño del cetro certificado por el mismo organismo. La arena del hotel MGM Grand de Las Vegas será el escenario de la riña.
Pacquiao hará su pelea 15 en Las Vegas para así empatar con Floyd Mayweather, quien tiene esa marca. Nadie ha peleado tantas veces en la llamada Ciudad del Pecado.
Ha sorprendido la radical opinión de analistas de que el filipino caerá derrotado, y hasta de forma “humillante”.
El propio Thurman -y yo diría que faltándole el respeto a la leyenda viviente de los ensogados- ha declarado que mandará definitivamente al retiro a Pacquiao.
Pacquiao y Thurman tienen una coincidencia: vienen de realizar su más reciente pelea.
El estadounidense, tras casi dos años sin tirar un puño, dispuso de Josesito López, en tanto que el filipino derrotó sin mayores dificultades a Adrien Bronner. Pacquiao, en su anterior combate, noqueó al argentino Lucas Matthysse.
Es un gran reto
Pacquiao tendrá un gran reto en su pleito con Thurman quien además afirma que va a terminar rápido el combate.
El filinpino, quizás por primera vez, está siendo subestimado. Analistas creen que caerá antes de los 12 asaltos.
Pacquiao, un atleta íntegro, disciplinado, que no conoce el miedo y todavía lleno de facultades, dará la batalla y saldrá airoso.
“Nunca me han intimidado, mi rival está emocionado y esta vez no seré favorito, pero todo eso me da la motivación para estar más enfocado y llegar al 100 por ciento.
Así se pronunció Pacquiao cuando fue presentado en la conferencia de prensa de Nueva York junto a Thurman. Veremos qué pasará el 20 de julio en Las Vegas.
