Mucho se ha debatido sobre la orden departamental orientada a implementar una política de equidad de género en el sector educativo y que mantiene enfrentados a líderes religiosos y feministas.

Para la psicóloga clínica y sexóloga Heidy Camilo, lo primero es establecer una clara diferenciación entre los conceptos Política e Ideología, ya que el primer término alude a la creación de normas y reglamentos por parte de un Estado, y el segundo interviene en el sistema de creencias de las personas desde la primera infancia.

Para la terapeuta de pareja del Centro de Vida y Familia de la doctora Aná Simó, lo que persigue la normativa del Ministerio de Educación es desconstruir o desmontar la ideología de género machista imperante en la sociedad dominicana para educar con equidad e igualdad a niños y niñas.

“En esta construcción ideológica machista hay una posición hegemónica del poder del varón sobre la hembra y esta política pública lo que busca es intervención. Tenemos unas altas tasas de violencia en nuestro país. Somos uno de los países más violentos en cuanto a la mujer se refiere, estamos dentro de los cinco principales en Latinoamérica. No es un premio, es algo alarmante”, subraya.

Contra la supremacía masculina

Camilo explica que investigaciones sociales recientes como la realizada en el país por la ONG Oxfam ponen de manifiesto que los varones creen tener supremacía por encima del sexo femenino.

“Lo que sale es que ese niño dice que la hembra no es como él, que la niña no puede tener los mismos privilegios que él. De hecho, en adolescentes salió como respuesta que en una relación las chicas no pueden dejarlos, que no se pueden poner la ropa que ellas quieren. Ahora mismo los expertos hacemos intervención. La intervención es para cuando algo ya está dañado, es enfrentar lo que hay, pero cuando hablamos de prevención, es que yo no tenga que intervenir en una segunda etapa, que es cuando ya hay todo un sistema instaurado, y eso es lo que busca esta política de género, está buscando la equidad y la igualdad, desmontar la idea machista de ese poder hegemónico del varón sobre la hembra, que niños y niñas, desde pequeños, podamos vernos como seres humanos, que no crean porque yo nací con un pene soy mejor que tú o tengo unos privilegios por ser el varón y que tú por ser hembra tienes unos deberes”, explicó.

Dijo que aunque en el papel hombres y mujeres tienen los mismos derechos, en la práctica no es así, lo que se expresa en la desigualdad salarial en perjuicio de las mujeres y en los pocos espacios de poder que ocupan. “Cuando tu revisas las cifras en macro seguimos estando en una posición de desigualdad a pesar de que las universidades están repletas de mujeres. ¿Cuántas mujeres en puestos de poder real, tanto en el Estado como fuera tenemos?”, cuestionó.

Dijo que las mujeres tienen más posibilidades de desertar durante sus estudios universitarios porque es la que se embaraza y la que tiene que quedarse en la casa a cuidar del bebé y del hogar, “Es ahí donde aparecen esos patrones rígidos, hegemónicos de estereotipos del machismo, de que la mujer, si tiene hijos, ya tiene que dedicarse más a criar los hijos mientras el varón puede seguir avanzando, esa es una posición de completa desigualdad, de poca equidad”.

La especialista subrayó que la política del Ministerio de educación busca que “podamos ver que ambos, varones y hembras, tenemos los mismos derechos y los mismos deberes”.

Afirma se ha creado confusión de términos

“Muchos han querido confundir a la población con el tema sexo, y han hecho toda una alharaca por la palabra género, pero la palabra género está antes del 1995. El sexo hace referencia a las características biológicas, anatómicas, fisiológicas y cromosómicas que son universales en el mundo y a lo largo de la historia. El género sí es una construcción social, asignada según el sexo con el que se nace y esta construcción social responde a elementos psicosociales”, explicó Camilo al ser entrevistada por elCaribe.

Estereotipos machistas se aprenden en el hogar

La especialista de la conducta dijo que las mujeres tienen más posibilidades de desertar durante sus estudios universitarios porque es la que se embaraza y la que tiene que quedarse en la casa a cuidar del bebé y del hogar, “Es ahí donde aparecen esos patrones rígidos, hegemónicos de estereotipos del machismo, de que la mujer, si tiene hijos, ya tiene que dedicarse más a criar los hijos mientras el varón puede seguir avanzando, esa es una posición de completa desigualdad, de poca equidad”.

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