El Ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, Isidoro Santana, ofreció unas declaraciones con mucha entereza, que me llevó a dudar sobre su permanencia en el cargo. Declaró, entre otras cosas, lo siguiente:

“… no es correcto una modificación constitucional. Es más, entiendo que el presidente Danilo Medina, después de haber hecho una de las mejores gestiones de gobierno que se han hecho en la República Dominicana en la época moderna, no va a manchar su nombre frente a la historia embarcándose en una situación de esta naturaleza”

Me dije, en el Palacio se supondría que el Dr. Leonel Fernández le pidió al Ministro Isidoro Santana que diera esas declaraciones. Luego, supuse que el Presidente Medina recordaría que ese Ministro no es del PLD y que sus declaraciones son de su iniciativa.

Estas conjeturas vienen a cuentas, porque el Presidente destituyó al arquitecto Franklin Labour y luego canceló a José Paulino, su mano derecha, porque en el Congreso Extraordinario del PLD, celebrado el pasado 30 de mayo, el Dr. Leonel Fernández fue ovacionado varias veces por los miles de delegados presentes, la mayoría dirigentes intermedios, municipales, de circunscripciones, seccionales, provinciales y CC.

La espontaneidad con que se produjeron esos aplausos, les resultan inexplicables al Presidente y a su entorno reeleccionista, que por estar gobernando creen tener la simpatía en las bases y direcciones medias del PLD. Creyeron en encuestas acomodadas y pregonadas en especial por el Ministro Administrativo, señor José Ramón Peralta, quien afirmaba en los medios que el liderazgo partidario lo tenía el Presidente Medina. Las cosas no son como se quiere, sino como son. El Presidente Medina tiene a su favor el mayor porcentaje en el CP y CC, y el Dr. Leonel Fernández el menor. Pero en los mandos medios y las bases es invertido; Leonel tiene el mayor porcentaje. Esto mismo ocurre en el seno del pueblo, el Dr. Fernández està posicionado como favorito.

En su lenguaje espontáneo, el pueblo lo expresa a cada paso. El Palacio se resiste a aceptarlo, por eso cuando ocurre busca un “chivo expiatorio” y le cuesta el empleo a los responsables de organizar el evento, porque los asistentes se desbordan en simpatías hacia Leonel Fernández.

Si es un legislador del mismo entorno, que se le ocurre decir que no “logran” los votos para aprobar la reforma constitucional, como no puede ser destituido por decreto o cancelado, lo llaman a Palacio y sale calladito.

Imponer una reforma para la reelección y “perpetuarse en el poder”, como lo ha dicho la hermana del Presidente, ha creado una resistencia en la población dominicana que más creciente no puede ser.

Columnistas atribuyen la crisis al encono del Presidente Medina contra el Dr. Fernández; puede ser así, porque no se suponía la firmeza que muestra el Dr. Fernández; hombre prudente pero que no está de acuerdo en tocar la Constitución, ni para reelección ni para otros caprichos.

Se debe saber que la posición del Dr. Leonel Fernández, sustentando una causa que ha hecho suya el pueblo, se impone y gana. No lo lograría una tercera persona, porque el conflicto se asemeja a una guerra de una sola batalla y un solo comandante en jefe, a ser librada y decidida finalmente por el pueblo, que es donde reside el poder.

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