Directorio Ejecutivo del FMI concluye la consulta del Artículo IV con RD

El 5 de junio de 2019, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV[1] con la República Dominicana.

El 5 de junio de 2019, el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó la Consulta del Artículo IV[1] con la República Dominicana.

El crecimiento de la economía repuntó a un máximo sin precedentes de 7% en 2018, con un impulso positivo que se mantiene en la primera parte de 2019. El retorno a un crecimiento superior al potencial en 2018 fue el resultado de una sólida respuesta de la inversión y consumo privados a un oportuno impulso monetario introducido tras la desaceleración de 2017, a condiciones externas favorables y a un continuo afianzamiento del mercado laboral.

El desempeño económico muy sólido de los últimos años, respaldado por las políticas de las autoridades, propició una sustancial reducción de la pobreza y la desigualdad, y la continua convergencia de los ingresos hacia los niveles de economías avanzadas.

La aceleración de la actividad no ha ejercido presión sobre los saldos internos ni externos: la inflación se mantuvo moderada y la posición externa continúa siendo sólida.  Esto permitió que las políticas monetarias y fiscales adoptaran una orientación entre neutral y restrictiva en 2018, para guiar la actividad económica hacia su nivel potencial.

Las perspectivas son favorables, y los riesgos para el crecimiento son moderados y están equilibrados. Se prevé que el crecimiento se modere a alrededor de 5½% en 2019 y 5% a mediano plazo, en ambos casos dentro del rango estimado para el potencial.

La moderación obedecerá a una desaceleración en la expansión del crédito, un entorno internacional menos favorable y mayores precios del petróleo. Se espera que la inflación aumente gradualmente al rango fijado como meta del banco central de 4±1%, debido al repunte de los precios de los alimentos y el petróleo. Se proyecta que la posición externa siga siendo en general coherente con los fundamentos económicos y esté holgadamente financiada por la inversión extranjera directa (IED).

Los principales riesgos a la baja para las perspectivas son una demanda externa más débil de lo esperado y precios de la energía más altos. Por el lado positivo, el ímpetu de la demanda interna en el corto plazo podría ser más intenso de lo previsto, dado el sólido crecimiento de los ingresos

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