Unos 400 detenidos en marcha por casos fabricados a voces críticas en Rusia

La Policía rusa detuvo hoy a más de 400 personas, entre ellos el líder opositor Alexéi Navalni, en una marcha no autorizada para denunciar casos fabricados para acallar a voces críticas ..

Moscú, 12 jun (EFE).- La Policía rusa detuvo hoy a más de 400 personas, entre ellos el líder opositor Alexéi Navalni, en una marcha no autorizada para denunciar casos fabricados para acallar a voces críticas, como el que sufrió el periodista de investigación Iván Golunov, finalmente liberado este martes por falta de pruebas.

La insólita campaña de solidaridad que ciudadanos y compañeros de profesión lanzaron en los últimos días en apoyo de Golunov -conocido por sus reportajes sobre la corrupción entre los altos funcionarios moscovitas- se trasladó hoy a las calles de Moscú, donde expresaron su hartazgo unas 1.200 personas, según la policía.

Inicialmente se esperaban unos 25.000 manifestantes en el centro de Moscú, pero ante a liberación de Golunov el martes y el hecho de que los organizadores no pudieron llegar a un acuerdo con la Alcaldía para garantizar la seguridad de los manifestantes en una jornada que coincidió además con un festivo, la cifra de asistentes fue finalmente muy inferior, según la policía.

La oficina del alcalde, Serguéi Sobianin, que sí autorizó una marcha para el próximo día 16, había pedido a los ciudadanos «que no sucumban a las provocaciones y se abstengan de participar en un evento no autorizado», según la agencia Interfax.

Las autoridades desplegaron un importante dispositivo policial antidisturbios, que detuvo a lo largo de la jornada a más de 400 personas, según el portal informativo OVD, especializado en el seguimiento de las detenciones.

La policía ha reconocido por ahora más de 200 arrestos.

Los agentes recurrieron a sus porras en algunos casos para reducir a los manifestantes, que, en cada detención, gritaban: «¡Vergüenza, vergüenza!», según pudo constatar Efe.

Entre los detenidos figuran varios periodistas, tanto rusos como extranjeros, e incluso algunos menores, según diferentes testigos.

También fue arrestado Navalni, quien ha sido acusado de violar las leyes que regulan los eventos públicos y que puede enfrentarse a hasta 30 días de arresto.

Las autoridades «me atribuyen haber organizado la marcha no permitida», escribió en Twitter, donde aseguró que las «detenciones masivas» son resultado del «temor terrible» del Gobierno a la «fantástica y unánime expresión de solidaridad en el caso Golunov».

Yekaterina Shulman, miembro del Consejo de Derechos Humanos adjunto a la presidencia rusa, criticó las detenciones, ya que «la gente ha venido sin pancartas y eslóganes y tiene derecho a estar en la calle».

Algunos ciudadanos y colegas de Golunov llevaban camisetas con el ya famoso lema «Yo soy/Somos Iván Golunov», que fue portada el lunes en tres grandes diarios rusos -«Kommersant», «Védomosti» y «RBK»-, en lo que ha sido reconocido como un gesto de solidaridad insólito entre el gremio.

Golunov, de 36 años, fue detenido en Moscú el 6 de junio, después de que la policía supuestamente hallara drogas en su mochila y su vivienda. Dos días después, un tribunal moscovita decretó arresto domiciliario para el informador, que tras su detención denunció haber recibido una paliza y permanecido 16 horas incomunicado.

Los investigadores no hallaron sin embargo las huellas del periodista en las pruebas recabadas en su vivienda y tampoco se pudo demostrar la presencia de estupefacientes en los análisis de orina y de las uñas realizados a Golunov, quien acusó a los agentes de haberle colocado la droga por sus investigaciones periodísticas.

El propio periodista no acudió a la marcha, pero Galina Tímchenko, directora del diario digital Meduza, para el que trabaja Golunov, explicó a Efe que el reportero «ahora se encuentra bien, se recupera, duerme y tiene reuniones con abogados».

«Fuimos a la marcha para agradecer el apoyo mostrado a Iván y demostrar que estamos aquí y que somos muchos», afirmó.

La persecución penal de Golunov desató numerosas críticas de activistas, organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y organismos como el Consejo de Europa.

El caso de Golunov no es único. En los últimos años, al menos ocho periodistas y activistas rusos han sido detenidos por los mismos cargos que el informador, entre ellos, Oyub Titíev, director de la oficina chechena de la ONG Memorial -puesto bajo arresto domiciliario este lunes-.

Rusia ocupa puesto 149 en la clasificación de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, de un total de 180 países, tras caer un puesto debido a las presiones a la prensa independiente.

Recientemente, un grupo de periodistas de «Kommersant» presentó su dimisión en bloque después de que dos compañeros fueran despedidos por una información sobre el supuesto pronto relevo de la presidenta del Senado, Valentina Matviyenko.

Sin embargo, fue el «caso Golunov» el que colmó el vaso y generó una gran conmoción en la comunidad periodística rusa, cuyos representantes organizaron piquetes solitarios frente al Ministerio de Interior para no infringir la ley sobre las concentraciones masivas. Hoy salieron además a la calle para decir «basta». EFE

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