El doctor José Abel González dijo que si el ángulo de la bala hubiese sido distinto no llegaba vivo a la emergencia

En la noche del domingo cuando recibió la llamada informándole que habían ingresado al pelotero David Ortiz con una herida de bala en la espalda, el cirujano José Abel González Frómeta, sintió la adrenalina recorrer su cuerpo al no saber las condiciones en las que encontraría al Big Papi.

Tardó apenas siete minutos de su casa al Centro de Medicina Avanzada Dr. Abel González para asistir al astro del beisbol, quien estaba consciente, con presión arterial adecuada y quejándose constantemente por el fuerte dolor provocado por el impacto de la bala que le penetró por la región lumbar derecha de su cuerpo y salió por la zona umbilical, justo a la derecha del ombligo, por donde perdió aproximadamente litro y medio de sangre.

“Llévenme a cirugía, éntreme a cirugía, doctor, éntreme”, gritaba desesperado Ortiz al galeno, mientras el personal médico hacía los preparativos para la intervención quirúrgica y los miembros de la Policía Nacional le interrogaban buscando pistas sobre los posibles responsables del atentado perpetrado minutos antes en un centro de diversión en Santo Domingo Este.

El médico narra que fue en ese contexto cuando el ex pelotero de los Medias Rojas de Boston dijo una frase que se ha repetido con frecuencia durante esta semana y que en cierta medida no se corresponde con la verdad.

“Fíjate que salió en la prensa que él supuestamente dijo: ‘no me dejen morir que yo soy un hombre bueno’, y él no dijo eso. El sí decía:- ¡No me deje morir, doctor! ¡No me deje morir! Eso lo dice todo el paciente que siente que se está muriendo, pero cuando él dijo: ‘yo soy un hombre bueno’ fue cuando la Policía le preguntó si sabía quién le había disparado, y él dijo:- Yo no sé, yo no tengo problemas con nadie, yo soy un hombre bueno’”, rememoró el galeno durante una entrevista exclusiva concedida a elCaribe en su oficina de la Administradora de Riesgos de Salud ARS Simag, de la que es co-propietario junto a su padre.

El reputado cirujano, miembro de una dinastía de cuatro generaciones de médicos, no se considera un héroe, sino más bien, alguien que hizo su trabajo como lo habría hecho cualquier profesional. Explicó que la cirugía en la que también participaron los anestesiólogos Mary Guzmán y Federico Schrills y cuatro cirujanos, incluyendo a su padre, el ex presidente de la Sociedad Dominicana de Cirugía, Abel Ricardo González Canalda, José Alejandro Smester y Jiomar Figueroa, tardó cuatro horas y media, y no seis como se ha dicho.

Preocupación

Dijo que cuando se atiende a un paciente con una herida de bala de esa naturaleza siempre se tiene la preocupación de que pueda fallecer durante la cirugía.

“Antes de entrar a cirugía me decía a mí mismo, yo espero que esta sea una lesión que podamos salvar. Hay lesiones que, realmente, por mejor equipo que tú tengas no se pueden salvar. Si el ángulo de la bala hubiese sido ligeramente diferente, hubiese pasado dos o tres centímetros más hacia la izquierda, probablemente él no habría llegado vivo a la emergencia”.

Explicó que lo primero que hicieron con David Ortiz fue hacerle una laparotomía exploratoria, que consiste en abrir el abdomen desde la apófisis xifoide hasta el pubis, para identificar los daños.

“Cuando abrimos, encontramos abundante sangre y contenido intestinal. El primer paso que uno siempre hace es tratar de controlar el sangrado, que venía principalmente del hígado. La maniobra que hacemos para parar el sangrado es taponarlo con unas compresas y hacerle presión al hígado para que el sangrado disminuya. El sangrado paró completamente y eso nos permitió prestar atención a los intestinos, parar ese sangrado, hacer las resecciones, y entonces volvimos al hígado”, detalló.

Dijo que al quitar las compresas del hígado el sangrado continuó por lo que decidieron llamar al doctor Figueroa, y hacer una herida extra lateral en la región subcostal para poder frenar la hemorragia.

De manera concreta, el deportista sufrió afectación en el hígado, el intestino grueso y el delgado. “En el hígado tenía laceración de tercer nivel; el colon tenía un orificio de entrada y uno de salida y el intestino delgado tenía seis orificios. Imagínate que una bala atraviesa al intestino delgado que tiene forma parecida a un espaguetti, la bala usualmente entra y hace múltiples orificios y por suerte estaban todos uno al lado del otro. Lo que hicimos fue, en vez de reparar uno por uno, y las posibilidades de que hubieran fugas, sacamos el segmento completo donde estaban todas las perforaciones y luego unimos los lados”.

El doctor González también negó que Ortiz haya sufrido daños renales como citara un periódico de Boston.

“Hubo una mala interpretación de ese artículo. Yo lo leí y el cirujano de Boston en una entrevista que le hicieron antes de él ver a David estaba asumiendo que por la trayectoria de la bala podía haberle afectado el riñón, pero tuvimos suerte que no le llegó al riñón”, dijo.

El galeno, que mantiene comunicación constante con los médicos que asisten al “Big Papi” en Boston, dijo que tampoco hubo necesidad de hacer una colostomía.

“Una vez él se fue no hemos vuelto a hablar con ellos –refiriéndose a sus familiares- pero sí he mantenido contacto con su médico en Boston. La última vez fue anoche que me escribió un mensaje de texto diciéndome que David seguía mejorando”, dijo, tras asegurar que sus colegas extranjeros dieron el visto bueno a lo que hicieron en el establecimiento de salud ubicado en la avenida Abraham Lincoln, que se convirtió en el epicentro de la noticia hasta que el paciente fue trasladado en un avión ambulancia a territorio norteamericano el lunes pasado. González no duda que en la próxima semana el ex pelotero pueda ser dado de alta y retornar a su casa, aunque explicó que llevar una vida normal le tomará dos o tres meses.

Sobre los posibles riesgos de infecciones y sangrado, dijo que todo tipo de cirugía, incluyendo las electivas que se planifican con antelación, conllevan estos peligros. “Aún más una cirugía que se hace de emergencia y aún más de una cirugía que envuelve el intestino grueso, en especial que está lleno de heces fecales.
Entonces lo que uno hace es lavar lo mejor posible con litros y litros de solución. Por eso duramos cuatro horas y media.
Estuvimos mucho tiempo lavando, asegurándonos de que no quedara nada, no obstante, a veces quedan partículas pequeñas que producen un absceso o una infección. Eso pasa, yo diría en un 10 a 15% en las cirugías de colon. Pero por lo general no dejan de ser un inconveniente para el paciente, pero es algo que se puede resolver fácilmente”, explicó. Dijo que por ello, el tipo de medicación que se aconseja en estos casos son antibióticos, analgésicos y anticoagulante para evitar riesgo de un tromboembolismo pulmonar.

El pelotero fue trasladado a Boston el pasado lunes en un avión ambulancia.

“Es un orgullo que nos haya elegido a nosotros”

“A David, lo conocí hace algunos años siendo paciente allá en la clínica. Su esposa Tiffany estuvo interna allá con una infección viral, alguno de sus hijos han nacido allá, o sea, él es paciente de allá. Es un orgullo para todo el personal de la clínica que el Big Papi nos haya elegido a nosotros”. El cirujano dijo que héroe es una palabra que hay que merecérsela de verdad y que el único acto de heroísmo que hizo fue realizar su trabajo. “Así que, realmente, gracias a Dios, todo salió bien porque de igual manera, si los resultados hubiesen sido contrarios, la publicidad mala nos perseguiría”, dijo el doctor Abel González Frómeta, quien es miembro fundador de la Sociedad Dominicana de Cirugía Bariátrica y Metabólica y Fellow del American College of Surgeons.

Dice estas lesiones son frecuentes en el país

El doctor González dijo que lamentablemente las lesiones sufridas por David Ortiz son relativamente frecuentes en el país por lo que el Sistema Nacional de Emergencia 911 debe considerar habilitar un servicio especial para los pacientes politraumatizados, en donde también entran los lesionados en accidentados de tránsito, que permita hacer las coordinaciones necesarias con el centro de salud receptor durante el traslado en la ambulancia, de manera que el personal y los quirófanos estén listos para intervenir al paciente de inmediato. Dijo que hay personas que mueren por heridas evitables, debido a una mala decisión a la hora de trasladarlo a un centro de salud. El galeno también aprovechó para reflexionar sobre la falta de un banco nacional de sangre que evite que mueran personas por la falta del líquido cuando se necesita una transfusión de emergencia. “Para David Ortiz apareció de una vez pero ojalá sea algo de lo que podamos aprender (…) aquí muere gente porque no aparece la sangre. Tú no te imaginas lo que es tú tener a una familia a las 2:00 de la mañana, una familia humilde, con un paciente en una sala de cirugía perdiendo sangre y que le digan busque dos unidades de sangre. Cada unidad a 3 mil pesos. ¿De dónde van a sacar RD$ 6 mil a las 2:00 de la mañana? esas son realidades de este país a todos los niveles”, reflexionó el médico. Tal y como narró el señor Eliezer Salvador, quien trasladó diligentemente al ex pelotero de Grandes Ligas, fue el propio Ortiz quien pidió que lo llevaran a la clínica Abel González, donde hacía unos años, él y algunos de sus familiares había recibido atenciones médicas. David Ortiz fue herido el pasado domingo en el Dial Bar and Lounge en la avenida Presidente Vásquez, en Santo Domingo Este.

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