A menudo, los insectos, las plagas y las enfermedades suelen afectar la salud de los árboles, llegando a modificar, incluso, la dinámica de todo el bosque o conduciendo a la destrucción de grandes áreas naturales o forestales plantados.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación –FAO- y el Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA) indican que en los países en vías de desarrollo y en los países en transición, los brotes severos de plagas pueden comprometer las economías nacionales, socavar los medios de subsistencia locales y amenazar la seguridad alimentaria.

La empresa chilena Sercotal, además de usar el método visual, que es el más común de los métodos, está empleando tomógrafos vegetales, pueden adherirse al árbol y lograr cuantificar el estado interno de la madera a través del sonido. Además, utilizan resistógrafos, una especie de aguja de dos milímetros, que evalúa los ganchos y ramas de los árboles, de acuerdo con la publicación Agronegocios.

“El manejo efectivo de todos los problemas de salud de los árboles depende de su detección temprana”, plantea Agronegocios. Y agrega que todas las investigaciones deberían comenzar con el descubrimiento inicial y reconocimiento de los síntomas en el campo. “Para mejorar la conciencia en la salud de los árboles y las respuestas a los problemas relacionados con ella, deberán tomarse medidas para capacitar al personal que trabaja directamente con los árboles en el reconocimiento e interpretación de los síntomas. Se necesita urgentemente ampliar las habilidades visuales para la evaluación inicial de la salud de los árboles a fin de mejorar la detección temprana y el manejo oportuno de los problemas”, sostiene. Hace varios años, la Cámara Forestal Dominicana planteó la necesidad de que el Estado asuma el desarrollo forestal como política y que el Gobierno reconozca el empuje que la actividad puede dar a la economía.

Según números que manejaba la institución en 2016, el país consumía unos US$300 millones anualmente en productos forestales y de eso internamente generaba apenas entre el 16 y el 20%; lo otro lo importaba.

La FAO y la OIRSA han estado atentos al tema

El estudio de la FAO y OIRSA, titulado Guía Ilustrada Sobre el Estado de Salud de los árboles, plantea que en los países en vías de desarrollo, la salud del árbol no siempre es monitoreada en forma rutinaria, y los lineamientos de trabajo y las medidas de protección forestal tampoco están incorporados en el manejo de los bosques. “No siempre se les atiende”, indican.

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