Las empresas de esas áreas trabajan para usar plásticos que sean cada vez menos perjudiciales para el ambiente

En República Dominicana, dos sectores que usan bastante plásticos, el de las embotelladoras de agua y las gaseosas, están conscientes de que eliminar del todo los envases de ese tipo no será una tarea fácil, pero trabajan permanentemente para hacer un uso más racional de ellos.

Sus esfuerzos se concentran en que el tiempo de biodegradabilidad de los plásticos sea menor del que tienen hasta ahora, en unos casos; en otros se habla de reusarlos (si es posible), de desecharlos y finalmente de dónde desecharlos, si fuera esa finalmente la decisión que se tomara. En el caso del Sistema Coca-Cola, compuesto por La Compañía Coca-Cola y su embotellador en el país Bepensa Dominicana, se canalizan importantes esfuerzos para promover el uso de botellas de vidrio retornables en República Dominicana a través de sus productos. “La retornabilidad forma parte del ciclo de economía circular, que incluye reducir, reutilizar y reciclar, para reducir la generación de desechos. Los esfuerzos de las empresas forman parte de la estrategia global de reciclaje, denominada un mundo sin residuos”, le dicen ejecutivos de la firma al periódico elCaribe.

Ese “mundo sin residuos”, al que se refiere, es la nueva visión de empaques de la Compañía Coca-Cola cuyo eje central es el objetivo de recolectar y reciclar para el 2030 el equivalente al 100% de sus empaques, y seguir trabajando para lograr envases 100% reciclables. Fue anunciada en 2018, cuando la Compañía Coca-Cola dio a conocer que está cambiando su enfoque en cuanto a los empaques. La iniciativa comienza con el entendimiento de que los empaques de alimentos y bebidas son parte importante de la vida moderna de las personas, pero hay mucho más por hacer para reducir los residuos de empaques en el mundo.

El presidente de la Asociación Dominicana de Embotelladoras de Aguas Purificadas (Adeagua), David Toribio, consultado sobre el tema explica que la Comunidad Europea ha emitido una resolución para iniciar próximamente la eliminación total del uso de algunos utensilios plásticos, como las cucharas, los tenedores y los sorbetes, lo que indica que hay una tendencia mundial, primero a reducir esos artículos de plásticos y al uso racional de ellos.

“Pienso que va en una curva ascendente, eso de ir sustituyendo esa práctica y eso no escapa a todos los productos que se envasan en plásticos, entre ellos el agua, sector del que formo parte”, plantea Toribio. Y agrega: “En principio, las soluciones que es están buscando a nivel mundial son, primero las de utilizar algunas formas que están en estudio y descubriéndose, en torno a que el tiempo de biodegradabilidad de los plásticos sea cada vez menor.

El hecho de que algunos envases y producciones plásticas tengan una biodegradabilidad mucho menor es precisamente el resultado de la conciencia crítica y responsable que incluye también la Norma ISO 26000, que en este caso actúa en dos vertientes, ligadas, precisamente a la eliminación de plásticos y a su uso racional. El representante de Adeagua asegura que se están haciendo ya prácticas empresariales en las que los plásticos se paletizan, se compactan y se está buscando soluciones en varios sentidos. El agua no escapa a ello. “Por eso, en el país hay campañas de empresas que te indican, te orientan y te recomiendan cómo debes usar y desechar envases plásticos no reusables, porque hay otros que sí son reusables”, expresa Toribio. Cuando se habla de un envase reciclable, quiere decir que no es desechable desde su primer uso y que el producto puede sufrir una transformación para convertirse en otro producto, similar o diferente, que también sea derivado de esa resina ya descompuesta.

El uso responsable y la eliminación progresiva de los plásticos y las nuevas moléculas que aparecen con capacidad de biodegradabilidad más rápida de los que hay actualmente, apunta a que el mundo tiene que dirigirse a esos niveles. “Nosotros, que somos la industria que más usa plástico, al igual que las de bebidas gaseosas, en adición a otras, apostamos al uso responsable y a como desechar y depositar un envase plástico, utensilio o cualquier producto plástico. Apostamos a moler de nuevo eso y a transformar eso en un tubo u otro utensilio, para no desecharlo inmediatamente y que vaya a ocupar un espacio desde el primer uso, que es lo que está haciendo la acumulación más creciente, explica el representante de las empresas embotelladoras de agua.

Mientras, Industrias San Miguel, que produce Kola Real, asegura a través de sus ejecutivos que está comprometida con el diseño de botellas eco amigables

Y como parte de eso firmó un acuerdo junto a otras empresas para tener plásticos que se puedan reciclar. El acuerdo establece la creación y registro de un sello de economía circular que certifique el producto reciclado, para ser incorporado en sus envases de botellas de PET.

Queremos lograr tener resina reciclada al 100% y poder transformar una botella en otra botella. El acuerdo al que se refiere Industrias San Miguel es uno en el que está, además, la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (Ecored), la Asociación Dominicana de Industrias Plásticas (Adiplast) y 18 industrias que representan alrededor del 80% de bebidas envasadas en plástico.

Este compromiso también incluye fomentar y promover la inversión en centros y plantas de acopio, así como en plantas de reciclaje contribuyendo así, no solo a hacer un uso más eficiente de sus recursos, sino a generar nuevas fuentes de riqueza y empleos.

“Cuando decimos reciclar de manera segura y de tener plástico eco-amigable, es plástico que se pueda reciclar. Y para reciclarlo, el plástico debe tener una densidad equis, un color específico… No todos los plásticos se pueden reciclar, y si se pueden reciclar, es por procesos diferentes. Lo que queremos es colocar un sello a las botellas que cumplan con esos requisitos de ser eco-amigables, que debería ser el portafolio de todos nuestros productos; no solo de Industrias San Miguel, sino de todas las empresas que forman parte del acuerdo y con ese sello crear un centro de acopio”, le dijo una de las ejecutivas de Industrias San Miguel a este periódico.

En el país el agua embotellada tiene una demanda cada vez más amplia.

Mirada más amplia al tema, en el ámbito local

De acuerdo con un corte realizado en febrero de 2019 por la Asociación Dominicana de Industrias de Plásticos (Adiplast), en República Dominicana la industria del plástico aporta al producto interno bruto, por vía de exportaciones unos US$600 millones al año. La institución planteó que esa cifra ha subido en los últimos 10 años, cuando en 2007 la industria era sólo responsable del 4.5%, lo que indica un crecimiento de 1.5 puntos porcentuales.
Del régimen de Proindustria, la industria del plástico es la número uno en inversión en el país, según las cifras de Adiplast. “En los últimos 10 años llevamos US$1,300 millones de inversión y éramos, al 2017, la número uno en exportaciones nacionales, después de minería y agricultura.

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