Estados Unidos ha perdido hegemonía global pero es aun la nación más poderosa, básicamente por su poderío militar y talento innovador. A finales del siglo XIX inició su influencia estratégica en República Dominicana –en bien o en mal- y continúa atento a preservarla. Somos aliado político y económico regional tradicional. Hemos apuntalado un clima de paz político-social favorable a sus intereses, y debe conservar la “zona”. En tal virtud, fácilmente entendible que reaccione en contra de lo que auspicie ingobernabilidad, con todo a su favor para realizar su agenda, por la relación de dependencia económica que, quiérase o no, al margen de juicios de valor, es nuestra realidad presente. La geopolítica actual contradice el proyecto de reforma constitucional reeleccionista. Miremos más allá.