Mataderos judiciales

La Justicia Dominicana ha ido en picada en las últimas décadas, debido a la lenidad con que actúan algunos jueces y a la constante contaminación .

La Justicia Dominicana ha ido en picada en las últimas décadas, debido a la lenidad con que actúan algunos jueces y a la constante contaminación de las pruebas para producir resultados contrarios a la verdad en los procesos.

Esto tiene mayor acentuación a raíz de la creación de las denominadas Fiscalías Barriales y de las transformaciones puestas en marcha en la búsqueda de alcanzar un mayor nivel de equidad en la impartición de la Justicia, pero ha registrado efectos contrarios a este anhelo social.

En la primera gestión del doctor Leonel Fernández se dieron los pasados para extender la acción del Ministerio Público a los sectores marginados, para que el barrio tenga acceso a la justicia sin retardo, conforme a lo planteado por sus promotores Abel Rodríguez del Orbe, Guillermo Moreno y luego César Pina Toribio, pero esto ha pasado a ser un simple negocio, con muy marcadas excepciones.

Fiscales, policías y militares en acción conjunta en los sectores marginados, lo ha convertido en un negocio lucrativo de donde salen grandemente beneficiados unos y otros, pero en cambio muy perjudicado quien tiene necesidad de justicia.

Las cárceles de retención se han convertido en cementerios reales de hombres vivos, que solo tiene acceso a algún servicio, quien puede pagar el peaje exigido por los custodias. Y llega con buena puntuación a los jueces de la querella, quien mejor cumple ese sagrado requisito.

Para nadie es un secreto el gran negocio de los fiscales, policías y militares y el triste padecimiento de quienes caen en sus manos, porque solo sirven a quienes “se portan bien”, en términos de pagar.

Por esa razón, la delincuencia ha crecido, los abusos a la orden del día y la injusticia se come viva a la sociedad, porque la justicia camina rápidamente hacia un verdadero matadero, donde las acciones se venden por libra.

Si no cree lo que planteamos, haga un recorrido crítico por cuarteles y fiscalías del Gran Santo Domingo y parte de las ciudades del país. ¡Ojo autoridades!

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