En su reunión de política monetaria de julio de 2019, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió reducir nueva vez, por segundo mes consecutivo, su tasa de interés de política monetaria en 25 puntos básicos, pasando de 5.00 % a 4.75 % anual.

De acuerdo al esquema de gestión de liquidez de corto plazo del BCRD, la tasa de depósitos remunerados (overnight) disminuye de 3.50 % a 3.25% anual y la tasa de la facilidad permanente de expansión (repos), se reduce de 6.50 % a 6.25 % anual.

La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis detallado del balance de riesgos respecto a los pronósticos de inflación, incluyendo indicadores macroeconómicos internacionales y domésticos, las expectativas del mercado y las proyecciones de mediano plazo. La inflación mensual de junio fue de -0.18 %, por lo que la inflación acumulada en el primer semestre del año disminuyó a 1.17 %.

Por otro lado, la inflación interanual, es decir de junio de 2018 a junio de 2019, se ubicó en 0.92 %, manteniéndose por octavo mes consecutivo por debajo del límite inferior del rango meta. Asimismo, la inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, se redujo a 1.95 % en junio, mientras se observó una revisión a la baja en las expectativas de inflación de los analistas económicos para todo el horizonte de política monetaria.

Las distintas mediciones estarían indicando la ausencia de presiones inflacionarias. El sistema de pronósticos del BCRD señala que la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del rango meta de 4.0 % ± 1.0 % hasta finales del año 2019, convergiendo al centro de la meta en 2020.

En el entorno internacional persisten distintos factores de incertidumbre, asociados a riesgos geopolíticos y disputas comerciales entre las economías de mayor tamaño. En ese contexto, la actividad económica mundial se ha desacelerado y el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja las proyecciones de crecimiento global a 3.2% en 2019 y 3.5% en 2020, mientras que Consensus Forecasts estima un crecimiento mundial de 2.7% tanto en 2019 como en 2020.

El desempeño de países desarrollados continúa liderado por Estados Unidos de América (EUA), aunque existen indicios de desaceleración en su economía, al registrar un crecimiento interanual de 2.3% en el segundo trimestre del año. En ese sentido, Consensus estima que EUA crecería 2.5 % en 2019 y 1.9 % en 2020. En este contexto de menor dinamismo y con bajas presiones inflacionarias, el mercado espera que la Reserva Federal reduzca su tasa de interés de referencia en su reunión del mes de julio, a la vez que esta institución ha indicado que se encuentra preparada para aplicar medidas expansivas, si fuesen necesarias para sostener el crecimiento económico y la demanda agregada.

Asimismo, las perspectivas de crecimiento en la Zona Euro (ZE) se revisan a la baja, estimándose expansiones de 1.1 % en 2019 y de 1.2 % en 2020, ante la ralentización de sus economías de mayor tamaño y la incertidumbre en torno al proceso de salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit). Considerando este panorama y los reducidos niveles de inflación, el Banco Central Europeo resaltó la necesidad de mantener una postura monetaria altamente acomodaticia y anunció que están evaluando para su próxima reunión de política monetaria reducir su tasa de interés de referencia, junto a un conjunto de medidas expansivas adicionales, con el objetivo de incrementar la liquidez, dinamizar el crédito y revertir el deterioro de las condiciones económicas en este bloque de países.

Por otro lado, en América Latina continúan reduciéndose las proyecciones de crecimiento, estimándose una expansión regional de 0.9 % en 2019 y de 2.2 % en 2020. Esta revisión refleja menores previsiones para casi todos los países latinoamericanos, destacándose las dos economías de mayor tamaño, Brasil y México, las cuales crecerían por debajo de 1.0% en 2019. En este panorama menor favorable, los países de la región que registrarían la mayor expansión en el presente año serían República Dominicana (5.5 %), Panamá (4.8 %) y Bolivia (4.0 %), de acuerdo a Consensus Forecasts.

En cuanto a las materias primas, el precio promedio del petróleo intermedio de Texas (WTI) se mantuvo en julio en torno a US$57 por barril, influenciado por los conflictos geopolíticos entre algunos países productores del crudo, que han sido contrarrestados por una menor demanda asociada a la desaceleración de la economía mundial. En ese sentido, se espera que el precio promedio se mantenga durante 2019 en torno a US$60 dólares el barril, consistente con lo contemplado en el Presupuesto Nacional. Por otro lado, el precio del oro se ha incrementado significativamente en los últimos meses, ubicándose por encima de los US$1,400 dólares la onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta volatilidad.

En el contexto doméstico, de acuerdo a informaciones preliminares del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE), la economía se expandió en 4.7 % en el primer semestre del año, reflejando una desaceleración de la demanda agregada en los últimos meses, asociada a la persistencia de factores de incertidumbre en el marco del proceso pre-electoral y a un entorno internacional complejo, que han afectado las expectativas para la inversión.

En un contexto de bajas presiones inflacionarias, el conjunto de medidas expansivas, que incluyen recortes en la tasa de política monetaria y la canalización de los recursos pendientes del encaje legal, que ascienden a más de RD$21 mil millones, continuarán contribuyendo a la dinamización del crédito privado y a impulsar el crecimiento económico en torno a los niveles previstos en el Programa Monetario entre 5.0 % – 5.5 %.

Por otro lado, continúa el proceso de consolidación de las finanzas públicas, previéndose que se alcance un superávit primario al cierre de 2019, según lo estipulado en el Presupuesto Nacional. En el sector externo, las actividades generadoras de divisas, como la inversión extranjera directa, las remesas y, en cierta medida, el turismo, continuarían contribuyendo a la estabilidad relativa del tipo de cambio y facilitando la acumulación de reservas internacionales.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y al buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.

En ese sentido, la institución se mantendrá dando seguimiento a la moderación de la economía mundial y a los factores de incertidumbre, así como a su posible impacto sobre el desempeño de la demanda interna, encontrándose preparado para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de las metas macroeconómicas del Programa Monetario.

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