Cuando vivimos desde la profundidad nos miramos desde la esencia, los demás miran la apariencia, aquello que queremos demostrar, mientras cubrimos intencionalmente lo que deseamos ocultar… cada exceso por aparentar es una escama creada por temor al rechazo; Y mientras actuamos violentando procesos de transformación, esquivando el cambio y ocultando nuestro verdadero nivel, malgastamos el tiempo y el esfuerzo que deberíamos invertir en desarrollarnos y ser transformados. Aparentar y publicar vivencias que “en nada” encajan con lo real es trabajo arduo y la peor mentira es la que creemos. No cambies el transpirar por suspirar. Desarrolla tu esencia. Cada riesgo mide la seguridad en ti mismo y cada paso de fe, tu confianza en Dios, tu ayudador. Cambiemos fingir por forjar, porque “lo que no te reta tampoco te transforma!”.

Posted in Rosas para el alma

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