Desde el gobierno se sigue llevando una campaña electoral como el que confunde sus funciones oficiales con el quehacer electoral. Ahora han creado un equipo de campaña con funcionarios hasta del área financiera e impositiva, violando todas las normas legales.

Ese equipo electoral que dirige la campaña del que aún es, simuladamente, Ministro de Obras Públicas, no pega una. Cada vez que fracasan terminan lamentándose, y, como ocurre frecuentemente, buscan culpable en el otro lado. Así ocurrió con los intentos reeleccionista de Danilo, que al no lograrlo, su Ministro de Turismo alega que lo ofendimos; eso es invocar su propia falta, atribuyéndosela al contrario, para pretender justificarla.

Esta precampaña para las primarias del 6 de octubre, va marcando diferencias notorias entre los dos partidos participantes y sus aspirantes a nivel presidencial. Como es sabido, el PRM va con su propio padrón, que no sobrepasa el millón 400 mil electores (cerca del 27%) y el PLD, con un posicionamiento de más o menos un 53%, va con primarias abiertas.

Sumando los porcentajes de ambas organizaciones políticas, se acerca al 80% de los electores, registrados en 7 millones 500 mil y un poco más. Ese sólo dato hace pensar que la participación electoral supera el 70%.

Si a ese indicador se le suma la efervescencia y euforia que se muestra en la principal organización, marcando una especie de pasión desbordada entre los admiradores del Dr. Fernández, es inevitable aceptar que esa participación electoral lleva un creciente auge, muy por encima a lo esperado.

Si se produce una votación igual a la presidencial, será de un 70%, sobre 7.5 millones; es decir, 5 millones 250 mil. El PRM en su padrón cerrado registra cerca de un millón 400 mil, equivalente a cerca de 27%. Restando esta última cantidad a la primera, el número de votantes por el PLD estaría en 3 millones 850 mil sufragantes, que es cerca del 51% de la totalidad de los electores que figuran en el padrón de la JCE y el 73% de los electores a concurrir en las primarias.

El ambiente desmedidamente entusiasta en torno a Leonel, más las últimas encuestas, lo sitúa en un posicionamiento de un 70% del electorado, por lo que aplicando ese porcentaje a los 3 millones 850 del PLD, su votación superará los 2 millones 695 mil votos.

Desde el equipo de campaña del adversario interno de Leonel, se dan demostraciones de derroche de los recursos del Estado. Parece que el Presidente Medina sigue creyendo que a él en el 2007 lo derrotó el Estado, cuando Leonel le ganó las primarias. En aquel entonces y esta vez le volverá a ocurrir, porque se enfrenta a la fuerza de un pueblo que es depositario del poder real.

Su principal problema es que el candidato propuesto no tiene raíces partidarias, ni en la población; tampoco tiene el ángel de la palabra ni se adentra en la inteligencia natural del pueblo dominicano. Pretender hacerlo una mercancía con marketing político, llevará a su derrota.

Lo doloroso para ese litoral es que no pega una y tienen de frente a un Leonel dispuesto a defender la unidad partidaria y los valores del país, pero marcando diferencias histórica y de perfil en el manejo del Estado.

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