Es un filme de complejo y apreciable montaje con edición eficaz, repleto de giros argumentales enlazados por flashbacks del tipo: ‘El villano en realidad está protegiendo al protagonista de un villano peor’, ‘algo que el protagonista lleva buscando todo el tiempo en realidad no existe’, ‘El personaje que se había descartado como traidor porque era “demasiado obvio” es el traidor’, y así por el estilo. El leitmotiv de la historia es el tema libertad, y que en su narrativa el filme usa como herramienta para los giros argumentales. Desde inicio ya sabemos de qué viene la historia cuando uno de los personajes le dice a Anna, la joven protagonista: “Jamás pongas tu fe en los hombres, Anna. Ponla en ti misma”. Y en su ir, venir y su devenir de esa ingrata historia, la vemos confiar en los servicios de espionajes rusos y estadounidenses, traicionada por ellos la dejan apenas con ambivalencia cruel de no confiar en nadie. A Anna se le hace un mangú en la cabeza con eso de la libertad, y lo que sería el derecho de actuar de acuerdo con su libre albedrío, de acuerdo con su propia voluntad, y de que no dependa de nadie, se contrapone la idea de libertad como un conjunto de ideas liberales y derechos ciudadanos. Si bien la libertad es un concepto utópico, subjetivo, una vez se cuestione si el individuo tiene libertad y autonomía de manera espontánea, en el filme se reitera que toda libertad tiene un límite y que es condicional. Grandes filósofos como Sartre, Descartes, Kant, Marx y otros, argumentaran al respecto, y todos de cierta manera se acoplan a lo dicho por Marx: “la libertad humana es una práctica de los individuos, y está directamente vinculada a los bienes materiales. Los individuos manifiestan su libertad en grupos y crean su propio mundo con sus propios intereses”. Corrientemente, la libertad es un concepto en que una clase dominante la abanica como emblema, pero de esto ya sabemos por Gramsci que señaló: “las clases dominantes se adueñan de las ideas de los intelectuales de las clases subalternas y las convierten en hegemónicas, es decir, las hacen propias y distribuyen como sentido común entre las clases subalternas. De esta manera ejercen la dominación las élites capitalistas”. Pues bien, hay un aspecto en el cine que es muy difícil de escenificar y es el de retratar sentimientos y relaciones genuinas en la pantalla. Por eso el filme se vuelca a una rimbombante historia de acción al estilo 007, como tiene acostumbrado el director Luc Besson.

HHH Género: Thriller de espionaje. Duración:119 minutos

Posted in Crítica Cine

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