La grandeza de un líder es la humildad

La humildad es una de las grandes cualidades que adornan a los seres humanos que tienen vocación de amor, servicio y entrega por los demás.

La humildad es una de las grandes cualidades que adornan a los seres humanos que tienen vocación de amor, servicio y entrega por los demás. La humildad no es una debilidad sino una gran fortaleza. La humildad fue la mayor cualidad de Jesús, el más grande líder de toda la historia, príncipe de paz y redentor de la humanidad.
Jesús, el Dios hecho hombre, fue tan grande en sus actuaciones que tuvo la humildad de lavarle los pies a sus doce discípulos para demostrarles, como dice la Biblia en 1era de Pedro 5:5, que “Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes.”

Para un dirigente político moderno la humildad debe y tiene que ser una gran cualidad que le adorne, pues el liderazgo de este tiempo debe estar basado en enseñar con el ejemplo, en ser humilde y tener una profunda integridad.

Desde esa óptica, Danilo Medina representa tal vez más que nadie, una verdadera encarnación del liderazgo político en la actualidad. Quienes seguimos o hemos compartido alguna época de la vida de Danilo, sabemos que es un hombre de decisiones firmes pero con un gran sentido de humildad.

En 1995, siendo el dirigente político del PLD con la mayor posición en el Estado, tuvo la humildad de renunciar como presidente de la Cámara de Diputados para pasar a dirigir la campana de su partido y del candidato Leonel Fernández, cuando nadie se imaginaba que este pudiera ser apoyado por Balaguer para ganar la presidencia en el 1996.

Danilo tuvo la grandeza de ser humilde en el ejercicio de sus tareas como Ministro de la Presidencia, una especie de poder detrás del trono. Su despacho siempre estaba abierto para las bases del PLD y de todos los sectores.

A Danilo nunca el poder se le subió a la cabeza, y siempre la humildad y la solidaridad fueron sus respuestas. Cuando siendo candidato del PLD en el año 2000 y teniendo la razón legal para ir a una segunda vuelta, Danilo tuvo la humildad de no provocar esa segunda vuelta que hubiese sido traumática para la nación dominicana.

En sus 7 años como presidente, la humildad, el acercamiento a la gente, las visitas sorpresa a los campesinos y productores agrícolas, han sido la característica principal. Y cuando no pudo ir a una segunda reelección y dio un discurso a la nación el pasado mes de julio, dijo que quería quien le sucediera en el poder fuera alguien con Sangre Nueva, que pudiera conducir el país con sentido de justicia y de humildad.

Por eso, decidió que entre todos sus parciales se hicieran cuatro encuestas para determinar quién debía ser su sucesor. Y el elegido lo fue Gonzalo Castillo, el Ministro de Obras Públicas, un sencillo y eficaz funcionario que demostró ser un gran gerente y un hombre lleno de humildad.

La mayor fortaleza de Gonzalo es la misma que la de Danilo: Su humildad. Tal vez no sea un elocuente discursante que cree saberlo todo, ni el tradicional político que vive prometiendo sin resolver nada. Gonzalo es un sencillo hombre público que con una camisa de mangas cortas, hizo un excelente trabajo en Obras Públicas y se en su campaña presidencia se ha ganado el corazón de la gente.

Por eso hoy está tan alto en las encuestas. Lleno de esa humildad, Gonzalo vencerá a Leonel en la convención del 6 de octubre y ganará las elecciones de mayo del 2020. Y será, como Danilo, un presidente sencillo, humilde y muy cercano a la gente.

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