Prueba de fuego para la JCE

La Junta Central Electoral (JCE) pasará este domingo por una de sus pruebas más cruciales de los últimos tiempos al enfrentarse a un método inédito como es la organización de primarias

La Junta Central Electoral (JCE) pasará este domingo por una de sus pruebas más cruciales de los últimos tiempos al enfrentarse a un método inédito como es la organización de primarias simultáneas a cargo de los partidos de la Liberación Dominicana y Revolucionario Moderno.

Por ser un proceso no celebrado antes en la República Dominicana plantea, de por sí, un desafío para la JCE, en razón de la complejidad del evento.

Sin embargo, la verdadera prueba crucial será la aplicación del voto electrónico, un cambio radical en la cultural electoral de los dominicanos, acostumbrados durante décadas a ejercer el derecho al sufragio mediante múltiples y atrasados modelos, desde votar sin cédula como ocurrió en alguna oportunidad en nuestra accidentada construcción democrática, hasta disponer de una identidad exclusiva para fines electorales.

Hemos pasado por el voto con una boleta individual para cada partido (hasta veinte en algunas ocasiones, facilitando la compra de la voluntad del elector que podía sustraer la del contrario como evidencia de no depósito en la urna), papeletas separadas por nivel de elección hasta la boleta única con la cantidad necesaria de recuadros. Es decir, que si hay un país en el cual se han experimentados todos los modelos de elección es la República Dominicana, lo que ha permitido a los ciudadanos acumular mucha experiencia electoral.

Luego de todo ese discurrir caemos al experimento que se pondrá en práctica el domingo para escoger las candidaturas del PLD y del PRM mediante el voto automatizado que conforme la Junta se trata de un plan piloto con miras a ponerlo en funcionamiento en las elecciones presidenciales de mayo próximo.

Y es ahí donde radica la importancia de que el proceso del domingo resulte exitoso, pues de su virtualidad va a depender que la JCE quede bien librada o su experimento se vaya a la porra.
Es por ello que la JCE no puede jugarse su credibilidad y de pasada estropear una iniciativa en la cual se ha creado tantas expectativas, dejando de dar pasos que parecen elementales en procura de diafanizar el proceso.

¿Qué le cuesta a la Junta disponer que en vez de un 20% se escoja un 50% del voto manual para fines de cotejo con el sufragio electrónico?

El alegato de que dilataría la culminación del proceso eleccionario carece de sustento, pues el cierre de las votaciones ha sido establecido a las 4:00 de la tarde, y la experiencia que tienen los oficiales de mesas—probablemente casi el ciento por ciento ha trabajado en otros procesos—ese conteo manual no tardaría más de 30 minutos.

Pero suponiendo que se tardara una hora, la transparencia reditúa con creces el eventual retraso.

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