Frenar calentamiento global no es solo tarea de los Estados. Los individuos también deben tomar acción para reducir la propia huella de carbono. Esta es la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto. Quien toma el autobús y deja su carro, por ejemplo, está reduciendo sus emisiones particulares. Claro que si el resto de los humanos no hace nada, se entiende que actos así no tienen mucho sentido; para qué molestarse, se diría. Todos tenemos obligación moral de tomar medidas contra el cambio climático, puntualiza Peter Singer, filósofo australiano. El hecho de que cada uno de nosotros solo desempeñe un papel minúsculo en el proceso no es excusa.

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