Probablemente la mayoría de nosotros no recuerda un año preelectoral tan pleno de novedades, sorpresas y tensiones como ha acontecido con este, que de seguro seguirán presentándose, y esto debido a múltiples factores.

Uno de estos es sin lugar a duda la aprobación de la tan esperada ley de partidos que propició que por primera vez se celebraran primarias simultáneas de los dos partidos mayoritarios que decidieron seleccionar la totalidad o parte de sus candidatos bajo esta modalidad, organizadas por la Junta Central Electoral (JCE).

Otro, muy vinculado a la decisión de aprobación de dicha ley y de la celebración de primarias, es la lucha de poder a lo interno del partido oficial, que anticipándose difícil por la manifestación expresa del presidente de dicho partido y tres veces presidente del país de querer postularse a un nuevo mandato, y la solapada pero conocida intención del presidente de continuar en el poder, lo que finalmente intenta hacer a través de un alter ego, al no haberse eliminado el obstáculo constitucional que se lo imposibilita; se decidió poner en manos de la JCE.

La aprobación este año de una nueva ley de régimen electoral unida a la de la ley de partidos a finales del año pasado, varió sustancialmente el calendario electoral, lo que ha significado una mayor presión para los partidos, los aspirantes y para la propia JCE, la cual no puede detener el paso ni un segundo pues al cierre de cada plazo, como acaba de suceder con las primarias, inicia otro como sucede con la celebración de las convenciones de los demás partidos.

La celebración de las primarias simultáneas por el número tan alto de precandidatos que se anticipaba, aunque se redujo por finalmente solo asistir a las mismas los dos principales partidos, propició que la JCE expusiera la necesidad de un voto automatizado y que los partidos lo aceptaran.

Según consta en la minuta de la reunión celebrada en fecha 31 de enero de 2019 que recoge los criterios para la aceptación de la implementación del voto automatizado, firmada por los directores de informática y elecciones de la JCE y los delegados de los partidos, se aprobó el uso de la solución informática para la automatización del voto desarrollada por la JCE, la cual “será puesta en práctica como proyecto piloto durante la celebración de elecciones primarias simultáneas”“ y que a partir de sus resultados podrá sustentarse en las venideras elecciones del año 2020.”

Igualmente se acordó en dicha minuta que la JCE asumía el compromiso de “realizar una auditoría al software por una firma auditora externa o por un organismo de credibilidad nacional o internacional, la cual certifique y garantice el correcto funcionamiento de la solución de Voto Automatizado desarrollado por la JCE.”

Los resultados de las primarias del partido oficial han generado cuestionamientos al voto automatizado aprobado como piloto, que han sembrado la duda más allá de la intensa lucha interna de ese partido y merecen ser examinados y auditados, aunque sea post facto por no haberse realizado la auditoría que certificara previamente dicho sistema, para que todos los partidos políticos, los candidatos y la sociedad puedan recibir y evaluar los resultados, y que se pueda acordar de manera informada, racional y responsable cómo deberá realizarse el voto y el escrutinio de las elecciones del año 2020.

Ante la certeza del apretado calendario electoral se hace apremiante despejar razonablemente las dudas y que se refuerce la confianza en las autoridades electorales que tienen el difícil reto de cumplir con las nuevas disposiciones legales en un ambiente particularmente tenso, para lo que necesitarán actuar con la firmeza y rigurosidad necesarias, pero a la vez con la debida templanza y apertura.

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