La obesidad es una condición física negativa para los humanos. En sí misma es una enfermedad, si se le quiere dar la connotación de adversidad que representa para la salud.
Está científicamente comprobado, y advertido por demás, que la obesidad es la puerta de entrada para diversas enfermedades, como la hipertensión y la diabetes, entre otras dolencias que llegan a adquirir categorías de catastróficas y hasta permanentes.

El Sistema de las Naciones Unidas (ONU) ha dado a conocer esta semana dos porcentajes acerca de la obesidad en República Dominicana que son preocupantes, con ribetes de alarma. ¿Por qué alarman los datos que ha ofrecido esta semana la ONU? Porque se refieren a la incidencia o al impacto de la obesidad en la infancia y en los jóvenes mayores de 18 años. Es como si estuviéramos cultivando, promoviendo, o en el mejor de los casos, dejando que el sobrepeso se apodere de la población joven sin hacer nada para impedirlo o evitarlo.

En esta misma edición se publica un dato de la ONU que da cuenta que en el país a pesar de los avances en reducir la desnutrición crónica y de la subalimentación, la obesidad ataca al 26.9 por ciento de las personas mayores de 18 años, proporción que representa un universo de 1.0 millones de personas. Cuántos de ellos terminarán siendo diabéticos, hipertensos, con cardiopatías? No puede anticiparse la cantidad. Sin embargo, sí puede entenderse que la mayoría está en la categoría de posible, de candidatos.

Si preocupante es el elevado porcentaje de personas con exceso de peso, también lo es la causa citada por la ONU como factor de la obesidad adulta. La asocia a la tendencia a la baja de la lactancia materna exclusiva en el país hasta los seis meses.

“Las personas que no han sido amamantadas tienen un mayor riesgo de obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares”, dijo Rosa Elcarte, representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el acto de celebración del Día Mundial de la Alimentación de la Alimentación, que se realizó bajo el lema “Una alimentación sana para un mundo hambre cero”.

De lo que se trata es de poner en evidencia de que la obesidad es siempre nociva, pero más cuando es entre jóvenes.

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