El Nobel de Literatura como señal de los tiempos

Tras sorprender en el 2017 con su entrega del Nobel al cantautor norteamericano Bob Dylan y su silencio del año siguiente por “escándalos sexuales”, la Academia Sueca puso a pensar a muchos en posibles síntomas de decadencia del más prestigioso galardón de la literatura universal.

Tras sorprender en el 2017 con su entrega del Nobel al cantautor norteamericano Bob Dylan y su silencio del año siguiente por “escándalos sexuales”, la Academia Sueca puso a pensar a muchos en posibles síntomas de decadencia del más prestigioso galardón de la literatura universal. Las sospechas fueron desmentidas con la doble entrega correspondiente a los años 2018 y 2019 a la polaca Olga Tokarczuk y al austríaco Peter Handke, escritores en quienes los académicos valoraron “la imaginación narrativa” y el “genio lingüístico”, respectivamente.

Gracias a los actuales recursos de la comunicación los lectores dominicanos no tendrán que esperar, como ocurría hace poco, que se hagan nuevas traducciones y ediciones para leer las obras de Tokarczuk y Handke, tal como señalan en sus formatos digitales los periódicos El País, de España y Clarín, de Argentina, por solo citar algunos medios de reconocida proyección iberoamericana. Los méritos destacados en los nuevos laureados hablan de un rechazo al “mundo light”, “el fin de la Historia”, “el fin de las ideologías”, “la civilización del espectáculo” , “la postverdad” y todas esas concepciones maniqueas nacidas junto al “neoliberalismo” “la posmodernidad” y el “capitalismo salvaje”, hasta recalar en “la era del desencanto”, tras el fin de la Guerra Fría.

Nos habría gustado el acierto en los pronósticos que daban favoritas a la canadiense Anne Carson y la guadalupeña Maryse Condé, más cercanas a nosotros. Pero alienta saber que los premiados reflejan en sus obras “el talento para explorar la periferia y la especificidad de la experiencia humana”, además de la pasión enciclopédica para representar “el cruce de fronteras como una forma de vida”.

Aunque el austríaco nació en 1942 y la polaca en 1962, sus biografías coinciden en la humildad de sus orígenes, él hijo de madre eslovena y un soldado alemán, y ella de maestros. Las críticas sugieren que sus textos describen personajes afectados por acontecimientos desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días. Vale la pena leerlos como señales de la Nueva Era.

Posted in El Libro Vive

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