Hoy escribo como miembro del Partido de la Liberación Dominicana, PLD. Es un momento importante de nuestra historia, donde se impone actuar con prudencia, inteligencia y visión, ocupándonos para triunfar en mayo de 2020 y no preocupándonos por ello. Eso sí, en ocasiones será obligado actuar con energía, especialmente para mantener la imprescindible unidad y las metas comunes. Demostrar debilidad sería fatal.

En el PLD no debemos alegrarnos o entristecernos por la renuncia de Leonel Fernández. No es el fin del mundo ni el nacimiento de otro. Fue un acontecimiento político y como tal hay que tratarlo, analizarlo y buscar en su momento lo positivo del mismo. Resalto que todavía es muy temprano para evaluar la intensidad de su efecto dentro y fuera, aunque creo que será mínimo. De todas maneras, debemos estar preparados para todos los escenarios.

Estoy convencido de que lo ocurrido es una gran oportunidad para trabajar con más eficiencia y entusiasmo para retener el poder y continuar avanzando como país, ahora con Gonzalo Castillo a la cabeza, quien reúne todas las condiciones para ganar la presidencia el próximo año y seguir con la positiva obra de gobierno de Danilo Medina, mejorando para bien de la nación. Mientras, me permito lanzar algunas ideas.

Lo primero es que hay que respetar a Leonel Fernández y a sus seguidores, luego de su decisión. Allí hay sangre peledeísta y las circunstancias, tarde o temprano, podrían determinar algún grado de entendimiento entre nosotros. Así es la política, donde las relaciones intrafamiliares pocas veces se rompen para siempre.
Promover el odio entre nosotros, además de que nos reduce como personas, es políticamente irracional y debemos reprobar a quienes lo hagan, independientemente de dónde provengan. Si acérrimos contrarios ideológicos se unen, no sería extraño que, en el futuro, caminemos juntos de ser necesario o conveniente. Además, hubo una convivencia durante décadas, que, con sus altas y bajas, merece consideración.

En lo inmediato, hay que hacer un análisis profundo sobre cada una de las candidaturas, cuáles tomarán otros rumbos y cuáles no están firmes con el proyecto, para luego tomar las decisiones adecuadas. Igual ha de hacerse con los dirigentes locales y nacionales. Hay que reorganizar la casa con urgencia.

El Sector Externo ahora, como nunca antes, será vital para vencer. Gonzalo Castillo conoce esto mejor que nadie. Los movimientos están ahí y muchos más querrán integrarse; pero para ser más efectivo se requerirá allí una estructura con mayor fuerza, liderazgo y dinamismo.

En resumen, ganaremos asumiendo de corazón cinco palabras: trabajo, entusiasmo, fe, respeto y disciplina. Creo en el PLD, en Gonzalo y en el futuro de la patria.

Posted in Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas