Introducción

Continuamos la publicación de una serie de artículos que recogen algunos aspectos del magisterio del Episcopado Dominicano sobre las elecciones y los principios del buen gobernar. En esta entrega compartimos con los lectores los siguientes tópicos, que tal vez respondan a la situación que ocupa al país actualmente.

26. Criterios del buen gobernar que deben inspirar el voto en conciencia

A estos principios hemos de agregar el siguiente texto redactado en el 2008. En él aparecen diez principios transcritos, pero, dichos de otra manera y enriquecidos. “Por considerarlo de sumo interés para la nación dominicana, en este momento histórico en que nos preparamos para llevar a cabo una decisión cívica, en el ejercicio democrático del voto, retomamos los criterios del buen gobernar que deben inspirar el voto en conciencia y que compartimos con nuestro pueblo dominicano en el mensaje del 19 de abril de 2004.

El buen gobernar incluye:

• Servir de manera honesta, competente y eficaz.
• Promover, defender y exigir el bien común.
• Asegurar y vigilar los servicios básicos.
• Preocuparse, especialmente, por los más débiles y necesitados.
• Promover y defender las asociaciones intermedias entre los individuos y el Estado.
• Distribuir bienes, beneficios, servicios y cargas con justicia y equidad.
• Proteger los recursos naturales de los ataques del egoísmo irracional.
• Estimular iniciativa privada, coordinarla, regularla.
• Respetar al Poder Legislativo y al Poder Judicial.
• Mantener en un mundo crecientemente intercomunicado buenas relaciones internacionales.
• Respetar, promover y defender la legítima libertad y castigar toda clase de libertinaje.
• Perseguir la corrupción en todas sus modalidades.
• Vigilar la economía nacional, prevenir y castigar el mal manejo bancario y trazar las políticas económicas necesarias y adecuadas.
• Distribuir, con sabiduría y justicia, los recursos disponibles.
• Contar, realmente, en todo momento con las posibilidades y limitaciones, virtudes y defectos de nuestro pueblo” (2008).

27. Oposición partidista
“De la pluralidad de visiones de la realidad, soluciones posibles nacionales, diferentes sistemas sociopolíticos e ideologías diversas surgen los partidos políticos, que compiten en las urnas para, en caso de triunfar, poner en marcha su programa y proyectos políticos para bien de la nación.

No merecen, según esto, el nombre honroso de partidos los que meramente buscan el poder por el poder o el poder para enriquecerse o el poder para atender o privilegiar a los suyos, anteponiendo el interés propio al de la nación.

La oposición política al partido en el poder es excelente y operativa, si es positiva y constructiva, si mira al bien verdadero de la nación.

Nada, sin embargo, es más reprochable e inmoral que obstaculizar sistemáticamente al que está en el poder para que fracase en su gestión con el consiguiente detrimento de la nación. Y nada es más condenable que querer hacer de la oposición continua campaña ininterrumpida electoral” (1998).

28. Costo y tiempo de las campañas
De los diversos tópicos sobre elecciones que aparecen en los Documentos de la Conferencia del Episcopado Dominicano, ahora nos referiremos al de reducir el alto costo de los procesos electorales y al tiempo de las campanas. He aquí las citas sobre este tema concreto, que empezó a ser delineado por la CED en 1996:

“La situación del país reclama a los candidatos y a todos un fin de campaña que sea ejemplar en nobleza, sencillez y austeridad” (1996).

“La nación entera desea que las próximas elecciones sean serenas, sensatas, caballerosas y austeras. Todo lo que se haga en contra de unas elecciones así, será un atentado contra las mismas elecciones y lo menos que conseguirán es alejar tristemente de las urnas a la población” (1998).

“No tiene sentido, en estos momentos, que sea una campaña cara, derrochadora. Todo el mundo desea que sea austera y serena. Sin provocaciones y graves alteraciones del orden” (2000).

“Sería triste que alguien, si consiguiese lo que pretende, sólo o primordialmente pensase en resarcirse de los gastos en que hubiere incurrido o, peor todavía, que alguien considerase el quehacer político como una inversión económica que se ha de recuperar con altos intereses.

La nación entera desea que las próximas elecciones sean modelo de austeridad, de responsabilidad y de seriedad” (2002).

“Ante la, deteriorada situación económica del país, sería escandalosa una campaña dilapidadora, con grandes dispendios de dinero. Se impone una campaña austera en grado sumo por parte de todos, para evitar la competencia injusta” (2004).

“Y respecto a esta justa electoral, las dificultades económicas del país y la situación del mundo reclaman que sea corta y austera, sin grandes dispendios económicos” (2007).

“Clama al cielo, la cuantiosa suma de dinero que se derrocha en propagandas y caravanas, cuando existen tantas urgencias prioritarias por resolver en el país, tantos proyectos por realizar en la educación, en la seguridad social, en los hospitales y escuelas, en recintos carcelarios dignos y dignificantes, en viviendas decorosas y, en fin, en la definitiva solución del problema energético” (2008).

29. Programas concretos
“Creemos en las posibilidades productivas y económicas del país; en las capacidades adquiridas de muchos dominicanos; en el espíritu de laboriosidad y honestidad de la mayoría; y en las reservas morales del pueblo en general.

Lo que hay que hacer es procurar que la maldad y debilidad humanas no destruyan todo esto, que una política torcida o improvisada no lo perturbe todo; y que políticos egoístas e irresponsables, impreparados u orgullosos, no ultimen hasta la esperanza.

Dejando, pues, a un lado las promesas fáciles y los discursos demagógicos, los partidos políticos deben preparar y presentar a la nación programas concretos de acción, en orden a superar las dificultades existentes y a ir logrando el deseado bienestar, desarrollo y dignidad de todos, especialmente de nuestras mayorías sufrientes y empobrecidas” (1986).

30. Los cargos públicos
“La nación entera desea que las próximas elecciones sean serenas, sensatas, caballerosas y austeras. Todo lo que se haga en contra de unas elecciones así realizadas, será un atentado contra las mismas elecciones, y lo menos que conseguirán es alejar tristemente de las urnas a la población.

La nación pide a los partidos responsabilidad en los candidatos que presenten. Tal responsabilidad es, ante todo, con la patria. Piensen seriamente los partidos que los cargos públicos no son meros premios ni mero reconocimiento al quehacer político partidista de ciertos individuos, sino graves funciones nacionales que deben ser ejercidas por personas serias, honestas, íntegras, firmes en sus convicciones, responsables, sensibles al bien común, competentes y capaces de cumplir a cabalidad con la representación que ostentan” (1998).

CERTIFICACIÓN

CERTIFICO que en mi trabajo “Temas Electorales” tomé las reflexiones de la Conferencia del Episcopado Dominicano, que tratan específicamente sobre elecciones.

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los treinta y un días del mes de octubre del año del Señor 2019.

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