La decidida, proactiva e innovadora mujer inició con la siembra en siete tareas; ahora trabaja 20 exitosamente

Esther Casilla es mercadóloga de profesión, con una especialización en el área de la agricultura, y una conocedora neta del campo dominicano.

Es productora y exportadora de ajíes y utiliza técnicas especializadas de regadío. Suele emplear de manera temporal entre 30 y 50 personas por zafra y se le conoce como una mujer acostumbrada a hacer rendir las cosechas agrícolas.
Es decidida, proactiva, innovadora y emprendedora, con habilidades de administración y ventas, y sobre todo con muchos deseos de aprender y perfeccionar sus técnicas de cultivo cada vez más.

Esther constantemente se esfuerza para ir en ascenso, aunque lograrlo no le resulte una tarea fácil. Su dedicación y empeño no conocen límites. Inició en una extensión de siete tareas y a la fecha cultiva 20. Lo hace en el modelo de cielo abierto, con un efectivo y exitoso control de malezas, fumigación mecanizada y sistema de riego por goteo.

Esther Casilla, 32 años y residente en Bonao, provincia Monseñor Nouel, cultiva ajíes jamaiquinos destinados al mercado internacional (a la exportación) y tiene mucha conciencia sobre lo que puede provocar un productor que no toma en cuenta el medio ambiente. Justamente, por ese nivel de conocimiento que posee dejó de utilizar el plástico, que generalmente es utilizado por los cultivadores para la eliminación de malezas. Esas malezas Esther las elimina ahora con el desyerbe manual.

“Entiendo que la agricultura es la mejor vía para el progreso”, plantea, en una conversación que ha generado alto interés. Esther posee un nivel de conocimiento que redobla la edad que tiene.

Prefirió aplicar sus conocimientos universitarios regresando al campo. Y no se arrepiente, según sus propias palabras. Del campo se extrae una parte importante de los rubros que garantizan la seguridad alimentaria de los pueblos. Esther es una apasionada de la agricultura, área a la que llegó sin conocimientos y que ahora maneja con destreza.

En adición, cada día procura motivar a los agricultores a capacitarse y ayuda a otras mujeres a empoderarse para emprender o trabajar. Gracias al apoyo del microcrédito logró un mayor despegue de su actividad. Tuvo el empuje de la Fundación Dominicana de Desarrollo (FDD), entidad que creyó en ella.

La FDD ha respaldado el emprendimiento en toda su trayectoria de 53 años. “Siempre estamos orgullosos de cumplir la misión para la cual fue creada la FDD, que es la de catalizar el desarrollo del país”, sostiene la organización, siempre que tiene la oportunidad de hablar de ese tema que le apasiona, en distintos escenarios de la República Dominicana. Es decir, del tema de apoyo al sector productivo y al emprendimiento.

Esther Casilla recuerda que el crédito le permitió salir a flote luego de una situación difícil por una veda nacional y empezó a producir nuevamente.

Aunque tiene cinco hijos adoptados, cuatro de ellos entre los 4 y 18 años, trata de dedicar tiempo a su capacitación. Las especializaciones que ha logrado incluyen producción bajo techo (en invernadero o ambiente controlado) y técnicas de producción en Ferti-riego.

Hace sus anotaciones en cuadernos. Usa uno para los pagos de fumigación, quema y recogida de la cosecha y otro para los gastos por compra de materiales y productos. “Eso me permite llevar los detalles de los costos por actividades”, explica. Los frutos que extraen de sus predios se exportan y se comercializan en Estados Unidos, Canadá y Europa. En su agenda está continuar su capacitación, comprar más tierra y ampliar su producción para hacer los envíos directamente a los mercados externos.

Gracias a lo agrícola, Esther puede, junto a su esposo, pagar la educación de los hijos.

Trayectoria
La Fundación Dominicana de Desarrollo ha estado apoyando distintas iniciativas de negocios en República Dominicana, desde que surgió, hace 53 años.

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