El doctor Fernández realizó una maestría en cardiología en el Hospital Universitario de Caracas, Venezuela

El doctor Roberto Fernández fue reconocido como “Maestro de la Medicina” por el Colegio Médico Dominicano, un galardón que, además de llenarlo de satisfacción dice que “me compromete más a trabajar, porque en el país se trabaje en favor, no de una medicina curativa, sino preventiva, a través de la educación y promoción de la salud”.

Egresado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) como Doctor en Medicina Cum Laude, comenta que allí vivió momentos “muy difíciles”, debido a las constantes ocupaciones militares y los enfrentamientos que tenían para defender sus derechos y la libertad de expresión, durante el gobierno del presidente Joaquín Balaguer.

1. Infancia
Crecí y me desarrollé en la Villa de Nicolás de Ovando, allí hice mis primeros pininos, marcado por el Movimiento Scout y deportivo del Parque Eugenio María de Hostos, que antes se llamaba Parque Ramfis. En ese entonces, el parque tenía un área recreativa, con una piscina, que cuando la descuidaban se llenaba de renacuajos. Allí, niños y adolescentes nos recreábamos, practicábamos deportes, además tenía una pequeña pista de patinaje. También estaban las oficinas de los scouts y los del Grupo Seis, que también era un lugar de convocatoria. La mayoría de los niños del vecindario, tanto de la Zona Colonial y de Ciudad Nueva, pertenecíamos a esos movimientos, que promueven entre los infantes, jóvenes, adultos y adolescentes la necesidad de ser personas de bien”.

2. Estudios primarios
Me alfabetizaron a los cuatro años, recuerdo que antes existían las escuelitas particulares, uno iba con su sillita de guano, su cuaderno y lápiz, esas escuelas siempre quedaban en la misma calle del vecindario, habían varias en la Zona Colonial. La primaria la cursé en el Colegio Santa Ana, de los hermanos Castro Colón, que tuvieron mucha influencia en la zona en la educación primaria. La intermedia la hice en el Liceo República de Argentina y la secundaria en La Normal, en el Juan Pablo Duarte, antiguo Liceo Presidente Trujillo, creo que le llamaban así en esa época. Nos trasladábamos de la Zona Colonial a la Avenida Duarte, donde quedaba La Normal, era un trayecto largo, pero existían guaguas públicas de dos pisos, la ruta pasaba por la calle Padre Billini y nos llevaba directo a la escuela. Concluí mis estudios después de la muerte de Trujillo, eran tiempos muy difíciles, la docencia se interrumpía mucho. Los últimos años de la secundaria los terminé en el Liceo Dominicano, en la calle Las Mercedes, con el señor Paradas, un referente de educación, un profesor muy rígido, a donde mandaban los muchachos incorregibles para que lo pusieran en cintura. Me hice bachiller a los 15 años”.

3. Estudios universitarios
Terminé el bachillerato, justo con la Guerra de Abril, tuve que esperar al año siguiente para sacar la cédula para poder ir a la universidad, eso fue en 1966. Ese año ingresé a la UASD, me gradué de Doctor en Medicina Cum Laude en 1975. Allí vivimos momentos muy difíciles luego de la Guerra de Abril, debido a las ocupaciones militares en los gobiernos del presidente Balaguer y los enfrentamientos que teníamos por defender nuestros derechos y la libertad de expresión. Habían semestres que duraban hasta 18 meses, duré nueve años y medio para graduarme, cuando debí haberlo hecho dos años antes. Pertenecía al Fragua, uno de los grupos estudiantiles más importantes de la UASD, tenía tanta influencia de dirigente de izquierda con influencia del 14 de Junio, que a raíz de la muerte de Trujillo fue uno de los partidos de izquierda más representativos. Otros grupos eran el BRUC, que era el Bloque Revolucionario Cristiano y el FUS, una derivación estudiantil del PRD. Esos eran los grupos estudiantiles más importantes de la época, eran dirigentes que se preocupaban mucho por la problemática nacional. Esa época fue de un gran aprendizaje”.

4. Otros cursos
Durante mis estudios en la UASD cursé otras carreras relacionadas con la medicina como Psicología Clínica, cuyo departamento dirigía el doctor Enerio Rodríguez, todo un grupo de materias. Además, cursé clases de Estética con Pedro Mir, que fue algo extraordinario, lo recuerdo mucho. También tomé clases de fotografía, música, cine, y realicé una serie de actividades relacionadas a la cultura, que aumentaron mucho mi formación profesional e intelectual”. Fui de los fundadores del Cine Club Dominicano y Cine Club Estudiantil, estaba junto a Alexis Gómez, Andrés L. Mateo, Matero Morrison, Armando Almánzar, Humberto Frías, a través de estos cines logramos durante varios años hacer una actividad recreativa, educándonos y recreándonos, al tiempo que hacíamos el papel de difusión, a través de Cine Fórum, ciclos especializados de cine. Fue una época muy bonita, para entonces había mucha actividad cultural en la Zona Colonial y zonas aledañas”.

5. Hospital Moscoso Puello
En el Moscoso Puello pasé toda la carrera, hasta que en 1977, a través de un concurso, obtuve una beca en el Hospital Universitario de Caracas, Venezuela, fue una de mis más grandes satisfacciones, me convertí en el primer extranjero en entrar a esa residencia, obtuve un Magister en Cardiología. Luego, hice dos años de entrenamiento en Cuidados Intensivos Cardíaco y en Homodinamia, que son los procedimientos de laboratorio invasivo en el mismo hospital, el mejor de Venezuela en ese entonces y líder en Latinoamérica, que tenía recursos de todo tipo, en la época de los petrodólares, además de un profesorado muy calificado, dedicado a tiempo completo con doctorados y maestría en el mundo entero”.

6. Regreso al país
Regresé al país a finales de 1981, me incorporé de inmediato a la labor hospitalaria, tanto en el Luis Eduardo Aybar como en el Moscoso Puello donde conseguí la posición para dirigir el Departamento de Homodinamia y Cuidados Intensivos, que estaba cerrado. Ese departamento lo creamos un grupo de colegas y lo hicimos andar, ahí trabajé casi dos años. Después, emigré al Instituto de Cardiología, donde fundé y dirigí la Unidad de Cuidados Intensivos Cardíacos, luego en el Laboratorio de Estudios Invasivos, estuve hasta 2003. También, creamos el primer Banco de Marcapasos Cardíacos, que realizó un trabajo de mucho impacto entre la población de escasos recursos del país. Era una época en que los pobres, ni los seguros médicos, ni Salud Pública cubrían los gastos de esos implantes. Recuerdo que el Instituto de Cardiología de Montreal, Canadá, nos donaban marcapasos de pacientes fallecidos, que estaban en buenísimas condiciones, preparados y estilizados. El doctor Rafael Castán, dominicano, laboró muchos años en ese instituto.Esos marcapasos eran reimplantados en pacientes de escasos recursos, que no podían comprarlo, porque eran muy costosos (unos dos mil y tres mil dólares)”.

7. INDEN
Fui director de la Unidad de Cuidados Intensivos del Inden, que es el Hospital de Nutrición de la Diabetes. Con el doctor Baldemiro Vólquez, iniciamos el proceso de organización de lo que se llama ahora hospitalización, antes solamente se daban consultas. Fui profesor de Pregrado de Cardiología y Fisiopatología Cardiovascular de las universidades Cetec, Ucifas, Uniremhos, Unibe y profesor de Postgrado de Cardiología del Instituto Dominicano de Cardiología. Soy fundador de la Escuela de Medicina de Unibe, tanto en inglés como en español, impartíamos la docencia en el hospital del Inden. Fundador y director del Laboratorio Cardiovascular Invasivo de Cecardom, y cofundador de Cecanot. Luego trabajé en lo que es el Postgrado de Cardiología de la UASD por más de 20 años. Por mis manos pasaron muchos colegas, me siento muy orgulloso de haber contribuido a su formación”.

8. Centro Médico UCE
Desde 2003, formo parte del Grupo Cardiovascular del Centro Médico UCE, tengo mi consulta médica en el Edificio Profesional hace 16 años. Soy miembro del staf del servicio de cardiología del Laboratorio de Hemodinamia. En 2008 junto a un grupo de colegas fundamos y echamos andar el Centro Cardiovascular Dominicano, un proyecto que no tenía ninguna ayuda económica, sino con los aportes y deudas que asumimos el grupo de médicos para echarlo andar. Ahí estamos todavía”.

9. Pionero en terapia celular
Tuve la oportunidad de iniciar un proyecto con la Universidad de la Florida hace unos años, donde el paciente que está en la lista de espera en el Programa de Trasplante Cardiaco o de Pulmón, con gran deterioro de sus funciones, recibe terapia celular de una manera compasiva. La mayoría de esos pacientes morían esperando el trasplante, pero con esta alternativa de tratamiento hizo que muchos de ellos mejoraran y algunos soportaron vivir mucho más tiempo; otros no requirieron del trasplante cardiaco, porque habían mejorado su condición. Esa terapia se aplicaba en el país a pacientes, en su mayoría norteamericanos, que venían a hacerse las terapias. Esa terapia se enviaba a un laboratorio en Israel, allí se procesaban las células y la enviaban de nuevo, a través de líneas aéreas, con una cadena de frío conservada para luego ser aplicados a los pacientes, quienes luego del procedimiento regresaban a su país para darle seguimiento allá”.

10. Padres y esposa
Provengo de una familia de clase media, mi padre Francisco Fernández de Castro fue un ejemplo de vida, siempre se la pasaba trabajando, era contador. De niño, lo recuerdo saliendo de mi casa ensacado, nunca cogió vacaciones, solamente lo vi en mi casa y sin saco cuando lo jubilaron. Mi madre, Adelaida Tezanos era hija de españoles, una señora dedicada a su familia y a la educación de sus hijos, somos seis hermanos, soy el tercero de ellos. Me siento muy agradecido por la educación que recibí de mis padres, de ser hombre de bien, eso es lo que he tratado de infundirles a mis hijos Alejandro y Raquel, gracias a la participación activa de mi esposa Rosario, una fiel educadora y responsable para con la educación de nuestros hijos y con todos sus semejantes. Estamos muy orgullosos y satisfechos de nuestra familia”.

Proyecto de salud

En el país tenemos un paradigma equivocado de medicina, es por eso que estamos planteando, no una medicina curativa, sino una medicina preventiva. Lamentablemente, esa idea no ha sido muy comprendida, ni apoyada por las autoridades sanitarias, que siguen con ese modelo equivocado. Prefieren gastar cantidades enorme de dinero, como un barril sin fondo, sin darse cuenta, que si bien es necesario tener recursos para las enfermedades catastróficas para ayudar a las personas sin recursos, es más necesario tener fondos para promover la educación y promocionar la salud para evitar esas enfermedades. Considero que es tiempo de que el Estado como tal, las autoridades sanitarias, la sociedad civil, las universidades, partidos políticos, todos hagamos un frente común y libremos una cruzada para ponernos de acuerdo sobre la importancia que tiene el cambio del paradigma de salud. Las enfermedades cardiovasculares, neurovasculares y metabólicas son la principal causa de muerte, de morbilidad, incapacidad y la mayor carga económica para los individuos, las familias, para el Estado, para el país. No hay ningún país que puede aguantar esa carga económica, y en la actualidad, con el agravante de que aproximadamente el 40 % de los dominicanos no tienen cobertura de salud…andamos mal. Si no tenemos políticas definidas en cuanto a la educación, promoción y prevención de la salud, vamos a seguir gastando mucho dinero innecesario.

Dificultades
“En la UASD vivimos momentos muy difíciles con el presidente Balaguer. Se dieron ocupaciones militares, debido a los enfrentamientos que teníamos por defender nuestros derechos y la libertad de expresión”.

Gremio
“Pertenecía al Fragua , uno de los grupos estudiantiles más importantes de la UASD, que a raíz de la muerte de Trujillo se convirtió en uno de los partidos de izquierda más representativo”.

Entorno
Crecí marcado por el Movimiento Scout y deportivo del Parque Eugenio María de Hostos que antes se llamaba Parque Ranfis, ”.

Estudios
Me alfabetizaron a los cuatro años, recuerdo que antes existían las escuelitas particulares, que uno iba con su sillita de guano, su cuaderno y lápiz”.

Vocación
Recuerdo que de pequeño siempre tuve inclinaciones para la medicina, me encantaba disecar sapos en el laboratorio en la secundaria”.

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