Llegado a México, el expulsado ex presidente de Bolivia Evo Morales persistió en su empecinamiento de que fue víctima de un golpe cívico militar. Significa que el primer presidente indígena de una nación indigenista, quien dignificó su estirpe, no reconoce su error. Quedó mal finalmente al unirse a los tantos que se aficionan al poder y no quisieron soltarlo. Hubiera sido distinto si hubiera recordado que eternizarse en el poder es antidemocrático. Si los sucesores no lo harían tan bien como él quizá, es riesgo latente; pero parte de la democracia que debe aceptarse. Democracia requiere alternabilidad en el poder, lo que supone no aficionarse al mismo y no ambicionarlo. Caso de Pepe Mujica; excepcional y admirado por eso.

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