Los líderes políticos de estos tiempos tienen grandes retos que enfrentar. Un líder político, y más aún aquellos tienen aspiraciones presidenciales, debe entender que ya los tiempos donde los que hablan más bonito o los que saben excitar a la masas con sus discursos, no necesariamente son los más aptos para conducir una nación.
Para dirigir un país, en estos tiempos tan convulsos y complicados, lo más importante no es hablar bien sino saber dirigir bien, con eficacia, con visión y con efectividad. Un presidente no es un artista ni un coach motivador de esperanzas.
Un presidente de estos tiempos es un gerente, una persona que debe saber llegar a la gente, ligarse a ellas, saber escuchar, saber discernir, saber resolver los problemas en beneficio de las mayorías, tener temple para tomar medidas difíciles y saber fiscalizar diariamente el funcionamiento de su gobierno.

Y un elemento fundamental que debe poseer un líder de estos tiempos es la humildad. Ser humilde es valorar a los demás y darle mucha importancia. No sentirse superior a nadie y caminar al lado de la gente. Los líderes modernos no pueden creerse superior a su prójimo, ni considerarse semi-dioses que nadie puede sustituirlo.

Por eso es que Danilo Medina ha logrado ser un buen presidente. Aunque no habla mucho públicamente, es un gran gerente, un hombre humilde, un efectivo impulsor de políticas públicas, un político cercano a la gente, que sabe escuchar y que tiene un gran espíritu de servicio. Como producto de eso, ha logrado ser uno de los mejores presidentes dominicanos y ahora tiene como meta que quien le sustituya, pueda continuar sus proyectos y profundizar la nueva forma de gobernar que ha implementado.

Y es en ese contexto donde aparece Gonzalo Castillo, como la opción más viable y conveniente para ser quien continúe y profundice las conquistas de la gestión de Danilo, y para que implemente nuevas ideas acorde a su visión y su capacidad gerencial.

Gonzalo es, como Danilo, un líder de este tiempo, un gerente efectivo, un político humilde y cercano a la gente, que sabe escuchar, que resuelve de manera eficiente y que tiene una gran experiencia de estado. Es un candidato fresco, novedoso, una sangre joven que ha impactado, un hombre tratable, sencillo, que anda en mangas de camisa para conversar con la gente desde su propia realidad.

Gonzalo se ha convertido en un fenómeno político de tal magnitud que, en menos de un mes, logró derrotar en la convención interna del PLD a un líder de la magnitud del ex-presidente Leonel Fernández. Y todo apunta que, a pesar de lo confuso del momento electoral, Gonzalo vencerá al candidato del PRM.

Y esto así porque a pesar de la situación del PLD, ese partido sigue siendo el número uno del país, se está reponiendo de manera firme de los problemas creados por la salida de un sector y Gonzalo Castillo es el mejor candidato de todos los que están en el mercado electoral dominicanos en estos momentos y tiene toda la capacidad para continuar desarrollando las ejecutorias y conquistas del excelente gobierno de Danilo.

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