Las numerosas alianzas partidarias me han significado, y presumo que a otros también, alguna confusión sobre las candidaturas; qué partido lleva a quién en los municipios. Es un berenjenal. Recientemente hasta pregunté a una amiga dirigente política quién era el candidato a alcalde del Distrito por su partido, lo que debía saber pues se trata de otro amigo y cuya candidatura había sido lanzada en febrero. El lapsus tenía su asidero; esa posición había sido reservada por su partido para “alianzas” y tácticamente mi amigo suspendió su campaña. En octubre finalmente recayó en él la candidatura. Las alianzas se entienden estrategias de fortalecimiento electoral pero igualmente motivan disgusto y rechazo. Cómo reaccionarán los votantes está por verse. ¿Elegirán candidatos o partidos?

Posted in Buen Oficio

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas