Los que se autodenominan “bebedores profesionales” suelen decir que para estas fechas recesan, se abstienen de participar en la especie de olimpiada de bebidas, para no chocar con los “amateurs” o aficionados que para esta época del año abundan, algunos debutando y otros repitiendo su incursión en el mercado de los tomadores. Pudiera darse el caso que la experiencia de los veteranos fuera de utilidad para los novatos, para que no cometan errores que pudieran a la postre hacerles perder algo más importante que la competencia, la vida. La medida de las autoridades de levantar la prohibición del límite venta nocturna de bebidas, pudiera ser el llamado a juego. Una competencia sin árbitro ni límite de tiempo. ¡Que Dios nos agarre confesados!

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