La Encuesta realizada por la ONE analiza la salud sexual y reproductiva de las adolescentes entre 15 y 19 años.

El 19.1% de las adolescentes de 15 a 19 años ha estado embarazada alguna vez, de las cuales, el 13.8% ha tenido hijos nacidos vivos, el 2.3% ha tenido pérdidas o abortos y el 3.0% estaban embarazadas por primera vez al momento de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar 2018), publicada el pasado 27 de diciembre por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).

La cifra es ligeramente inferior a la del estudio más reciente que se tiene acerca de salud sexual y reproductiva de las adolescentes como fue la Enhogar MICS 2014, que en ese momento arrojaba un 21.2 por ciento.

No obstante, según datos del Servicio Nacional de Salud (SNS), de los 30,910 partos registrados en el país hasta septiembre del año pasado, 7,563 correspondían a adolescentes, y de esas, 323 tenían menos de 15 años, para un equivalente a un 24.4 por ciento.

El año pasado la Vicepresidencia de la República presentó el Plan Nacional para la Reducción de Embarazos en Adolescentes en la República Dominicana 2019-2023 (PREA-RD) que busca bajar la prevalencia de madres a temprana edad, que entre el 2010 y el 2015 sobrepasaba el promedio de América Latina, con 22.3 por ciento de los nacimientos.

El nuevo estudio que tomó como base una muestra de 38,424 hogares y encuestó a las adolescentes de 15 a 19 años, destaca que la prevalencia de embarazos es más frecuente en los estratos geográficos y macro-regiones más vulnerables del país, alcanzando el 23.7% en la zona rural y un 22.3% en la región Sur.

De las jóvenes que han quedado alguna vez embarazadas, 32.1% tiene 19 años, 31.5% tiene 18 años; un 20.6% tiene 17; 11.4% posee 15 años y un 4.2% tiene menos de 15 años.

Del total de madres adolescentes de 15 a 19 años, el 81 % tenía un hijo o hija y un 18 por ciento de 2 a 3 hijos o hijas.

Alrededor del 72.3% de las embarazadas de su último hijo se encontraban asistiendo a la escuela, colegio o universidad cuando quedaron embarazadas y el 27% no estaba asistiendo. Sin embargo, más de dos tercios de las adolescentes (66.9%) continuaron sus estudios durante el embarazo de su primer hijo, mientras que un tercio no lo hizo.

Los resultados de la Enhof-2018 indican que la maternidad, desde quedar embarazada hasta el momento de dar a luz, es una de las principales razones por las cuales las adolescentes interrumpen sus estudios. En ese sentido, por quedar embarazada un 15.8% de las jóvenes dejó de asistir a la escuela, colegio o la universidad y 3.3% por el cuidado de los hijos. Otras razones por las cuales las adolescentes dejan sus estudios son por el matrimonio o la unión libre (5.9%), por tener que trabajar (5.8%) y por la falta de documentos de identidad un 4.5%.

Menos escolaridad, más embarazos

Se observa que existe una relación entre los años de estudio de las adolescentes y la maternidad. Los datos muestran que la prevalencia de las adolescentes de 15 a 19 años que ya son madres es menos frecuente a medida que completan un mayor número de años de escolaridad (32.8% las que tienen de 0 a 7 años y 4.5% las de 13 años y más).

El estudio refleja que 67.7% de las adolescentes que han dado a luz alguna vez, habrían querido postergar el nacimiento de su último hijo, lo que indica que se trató de un embarazo no deseado.

La responsabilidad de convertirse en madre cambia drásticamente la vida de la mujer, en particular si el embarazo es concebido durante la adolescencia, reflejándose especialmente en las actividades educativas.

En ese sentido, del total de adolescentes de 15 a 19 años con hijos o hijas, el 50.8% continuó sus estudios después del nacimiento de su primer hijo o hija. Sin embargo, un significativo 48.7% dejó de asistir a la escuela, colegio o universidad.

La edad de la primera unión constituye uno de los factores que más se asocian a la reproducción temprana, puesto que, mientras menor sea la edad de la adolescente al unirse, mayor será el tiempo de exposición al riesgo de embarazo y la posibilidad de que tenga más hijos a lo largo de su vida.

De las adolescentes que se han casado o unido, 24.1% se unió por primera vez antes de los 15 años y el 86.5% se casó antes de los 18 años.

La región Norte o Cibao, es la que tiene el mayor porcentaje de adolescentes que se unió por primera vez antes de los 15 años con 27.3% y la Sur la menor con 20.9%.

Por grupo socioeconómico familiar, la proporción más alta de adolescentes que se casó o unió por primera vez antes de los 15 años es la perteneciente al grupo Medio bajo (26.8%), mientras que uno de los porcentajes más altos de adolescentes que se casaron antes de los 18 años lo representan las adolescentes del grupo Muy bajo (49.9%).

La iniciación sexual es el determinante más próximo en el embarazo en adolescentes, porque a partir de ese evento, están en riesgo de quedar embarazadas. En ese sentido, la encuesta revela que el 41.1% de las adolescentes dominicanas entre 15 y 19 años han tenido relaciones sexuales, porcentaje que aumenta a un 43.7% en la zona rural.

Según la investigación de la ONE, las adolescentes del Sur son las más propensas a iniciarse sexualmente durante la adolescencia (42.2%) y en menor proporción las del Este (39.9%).

Por zona de residencia, el 34% de las adolescentes de la zona rural que ha tenido relaciones sexuales tuvo su primera relación sexual antes de cumplir los 15 años, frente a un 30.7% de las adolescentes de la zona urbana.

De esto se infiere, que las residentes en la zona rural, tienden a tener relaciones sexuales más temprano.

Por grupo socioeconómico familiar, cuanto menor es el nivel, mayor es la prevalencia de adolescentes que ya se han iniciado sexualmente. En ese sentido, el porcentaje de adolescentes del conglomerado Muy bajo que ha tenido relaciones sexuales es de 60.9%, casi tres veces mayor que el Alto, donde solo es de 20.7%.

Los datos apuntaron a que casi la mitad de las adolescentes sostuvo su primera relación sexual con personas en edades comprendidas entre 13 a 19 años (47.3%); el 35% con una persona de 20 a 24 años; y 13.7% con alguien que tenía más de 25 años. Destaca que más de la mitad no usó condón en el encuentro.

El año pasado la Vicepresidencia lanzó un plan para reducir el embarazo infantil.

Más vulnerables al abuso la violencia y la pobreza

Las madres adolescentes frecuentemente enfrentan discriminación por parte de la comunidad y la familia, lo cual puede resultar en el abandono de su hogar de origen y, a su vez, esto incrementa su vulnerabilidad ante la violencia y el abuso, además de la pobreza. Adicionalmente, está relacionado con la deserción escolar, tasas más altas de fecundidad y niveles más bajos de salud en la niñez respecto a las madres mayores de 19 años. Esto perpetúa los niveles de pobreza y vulnerabilidad, lo cual significa una carga económica para la sociedad a corto y largo plazo. En el país, el costo estimado en la atención del embarazo y la maternidad en adolescentes para un año, representa 33 veces la inversión estimada del Plan Nacional de Prevención del embarazo de adolescentes. Además, reduce las posibilidades de las jóvenes de ingresar al mercado laboral.

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