Inusual actividad sísmica desde el 28 de diciembre en Puerto Rico, la cual trajo el terremoto de magnitud 6.4 que la madrugada del martes afectó municipios del sur de la isla, cesaría ayer, miércoles, según expertos. Esa es la esperanza, mientras están de nuevo en emergencia nacional debido a inclemencias de la madre naturaleza. Pasará mucho tiempo antes de que vuelva la normalidad psicológica y material. Un desastre en el Estado Libre Asociado que debiera fortalecer el activismo ambiental y exigirse más que tanto Estados Unidos como otros países industrializados, se comprometan al fin con las acciones necesarias contra el cambio climático, la razón de tanta “furia” natural global. La perspectiva más ominosa es para pequeños territorios insulares, como Puerto Rico; como nosotros.

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