Partidos se dividen y pierden simpatías, disminuye apoyo a la democracia y no hay alternancia en el poder en 16 años

Durante muchos años el discurso de que el sistema de partidos políticos del país está en crisis se instaló en la opinión pública y a partir del 2012 sonó la alarma, especialmente desde entidades de la sociedad civil, apuntaron a que el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) era el único fuerte que le quedaba al sistema y que una ruptura en esa organización sería el colapso.

El temido pronóstico de la división del PLD se materializó en octubre del pasado año. ¿Entró en crisis el sistema de partidos políticos? La respuesta de los especialistas es sí y van más allá, consideran que la democracia está en crisis por seis indicadores fundamentales que dan señales de si la democracia es fuerte o débil. En 20 años, desde el 2000 hasta ahora, se dividieron los tres principales partidos, la simpatía por las organizaciones bajó de 70% en el 2008 a 34% en el 2019, el apoyo a la democracia bajó 16% desde el 2016; la confianza en las instituciones como el Poder Ejecutivo, el Congreso y la justicia sigue disminuyendo y según la encuesta Barómetro de las Américas, solo el 37% de la población confía en las elecciones.

División de tres principales partidos

Desde el 2000 hasta ahora, los tres principales partidos del país se han dividido, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), que dominó el escenario desde el 1966, empezó a desgastarse en el 1996 y su definitiva inició en el 2000 y luego con la muerte de su líder, Joaquín Balaguer; el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que parecía invencible porque había sobrevivido a varias crisis internas, inició su salida del protagonismo político en el 2012, y el último gran partido del sistema, el PLD, finalmente se dividió en el 2019 por la lucha de poder entre Leonel Fernández y Danilo Medina.

La dirigencia del PRSC se dispersó en los distintos partidos, especialmente en el PLD; del PRD nació el PRM, que aunque se ha posicionado como el principal partido de oposición, está lejos de la influencia y el arraigo que tuvo el PRD, un partido con más de 80 años, en sus décadas de gloria en la principalía del electorado. De la división del PLD, nació la Fuerza del Pueblo (FP), que luego de las elecciones de febrero y mayo, habría que ver cómo queda y como seguirá incidiendo en el escenario político y lo propio ocurre con el PLD, de 46 años, cuya fortaleza habrá que medir luego de los comicios.

La división de los principales partidos coincide con la pérdida de confianza en esas instituciones, según Barómetro de las Américas, que se refleja en la poca simpatía que reflejan los ciudadanos hacia las organizaciones partidistas.

En 2006 la simpatía de la población por los partidos era de 60.4%, en el 2008 subió a 70.3%; para el 2010 de 54.5%; en el 2012, 63.4%; 2014, 54.3%; 2016, 42.4% y en el 2019 de 36.2%.

Pérdida de apoyo en la democracia

Según un informe de Latinobarómetro del 2018, en la República Dominicana el apoyo a la democracia bajó diez puntos al pasar de 54% de la población en el 2017 al 44% en el 2018. Según esa misma fuente, en los últimos dos años el apoyo a la democracia en República Dominicana ha perdido 16 puntos, al pasar de 60% a 44%.

En su informe del 2018, Latinobarómetro midió la confianza de la población en instituciones públicas y privadas. El resultado para los tres principales poderes del Estado es que apenas superan el 20% en su nivel de confianza. Sólo el 22% dijo que confía en el Gobierno, que representa al Poder Ejecutivo; el Poder Legislativo tiene un 20% y el Poder Judicial un 21% en el nivel de confianza.

Falta de alternancia en el poder

Desde el 2004 el PLD se ha mantenido en el poder de manera consecutiva. “El sistema entra en crisis cuando no hay alternabilidad en el poder, debilita el sistema de partidos porque no permite la innovación y el relevo político que requieren los partidos acorde con la sociedad. Si la alternabilidad se produce por la división, lo que hay es un debilitamiento de la democracia”, expresó el politólogo Freddy Ángel Castro.

Castro sostuvo que una muestra es que los partidos Republicano y Demócrata, en Estados Unidos, no se dividen y que lo propio ocurre con el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular de España, y que cuando se produce un cambio de partido en el poder, no es producto de una división de esas organizaciones. Para los analistas políticos, la posibilidad de que en las elecciones de mayo se produzca un cambio de gobierno estaría determinada por la división del PLD y no porque el PRM, principal partido de oposición, pueda articular un discurso que produzca el cambio de gobierno sin que se haya producido la división. Según la encuesta Gallup publicada en mayo del pasado año, el 57% de la población ve positivo un cambio de gobierno.

Las señales de los que están partidos en crisis

El politólogo Castro explicó que cuando un partido político está en crisis envía señales como la negación de la democracia a lo interno , es decir que las cúpulas deciden en lugar de las bases. Igualmente, la escasa representación congresual que lo lleva a ser un partido sin opción de candidaturas de poder y cuando no alcanzan la edad promedio de sus fundadores. “Para que un partido se considere fuerte y existente debe alcanzar la edad de sus fundadores, hay partidos que se fundan y posteriormente en diez años están desapareciendo y esa es una señal de que no ha crecido ni ha calado”, explicó. Dijo que otra señal es la pérdida de apoyo del electorado, pues, en la medida que se fundan deben ir en ascenso y eso no ocurre y entonces plantea la debilidad del partido. Castro sostuvo que a partir de esos parámetros, se observa que muchos partidos políticos entran en crisis, pues los que no están estancados necesitan alianzas para sobrevivir.

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