Condenado por asesinato  de Geraldine Sánchez solicita se celebre un nuevo juicio

El condenado por el asesinato de la joven Geraldine Sánchez solicitó a los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional que se celebre un nuevo juicio ..

El condenado por el asesinato de la joven Geraldine Sánchez solicitó a los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional que se celebre un nuevo juicio, ya que considera que la sentencia de 30 años de prisión dictada en su contra es “injusta y arbitraria”.

Martín Batista Ogando, a través de sus abogados, apeló a la condena máxima que le impuso el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional en mayo del pasado año.

En ese sentido, su defensa técnica pidió a los jueces del tribunal de apelación que se varíe la calificación jurídica de asesinato a homicidio involuntario y que se anule de manera total la sentencia dictada y se celebre un nuevo juicio para ser juzgado.

Durante la audiencia conocida la mañana de este jueves, su abogada indicó que el tribunal que lo condenó no tenía sustento para sentenciarlo a 30 años de prisión ya que según dijo los testigos no corroboraron la acusación.

Afirmó que la condena está fuera de la legalidad y reiteró que su cliente no planificó el asesinato y que fue un homicidio involuntario, ya que el disparo que le causó la muerte a la joven Geraldine se disparó solo del arma de fuego del imputado que “es defectuosa y por eso ese modelo fue sacado del mercado”.

Según la jurista, Batista Ogando luego de que “el arma se disparara sola” huyó de la escena del crimen porque uno de los compañeros de trabajo de Geraldine le cayó a atrás con una pistola y “se fue para preservar su vida”.

Expresó que la pena no se puede imponer “por presión de ningún lado”.

De su lado, el Ministerio Público y los padres de Geraldine, quienes se constituyeron en querellantes, solicitaron a los jueces que se rechace el recurso de apelación y que se confirme la sentencia de 30 años de prisión contra  Batista Ogando.

Los abogados de los progenitores de la joven afirmaron durante la audiencia que  la condena no fue impuesta por ningún tipo de presión y que el alegato de que el  arma se disparó sola no tiene sustento.

Cuestionó que el imputado tenía dos años con el arma de fuego y nunca tuvo algún tipo de problema, solo el día de la muerte de Geraldine, además de que “durante la etapa investigativa no aportó ningún elemento que probara  que el arma tenía problemas o fuera sacada del mercado”.

También, preguntó por qué el imputado no llamó la 911 para que auxiliara a Geraldine y en cambió huyó del lugar y llamó a su abogado de inmediato.

“Es muy bonito decir que fue un incidente”

Previo a concluir la audiencia, el juez presiente del tribunal cedió la palabra a la madre de  Evangelista Baldera, quien expresó que “es muy bonito decir que fue un incidente”.

Dijo que Batista Ogando maltrataba y asediaba a su hija y le prometió que no lo haría más.

“El lunes me llama para decirme que ya no la va a molestar y el viernes me la quitara, entonces me va a decir a mí que eso fue un incidente cuando él la tiró y le pisó los pies, le llevaron los zapatos, con la goma, él la pisó, su hubiese sido un incidente él se para y me la ayuda y por lo menos se le ve la intención de que me la está ayudando,  ¿y qué hizo? se fue y me la dejó tirada”, expresó.

“Lamento mucho la situación”

Mientras que el imputado Batista Ogando aseguró que “lamenta mucho la situación”, pero que es no es un asesinado.

Dijo que nunca quiso hacerle daño a  Geraldine, madre de su hijo. “No soy un asesinado, jamás quise hacerle daño”, agregó.

Los jueces de la Tercera Sala Penal de la Corte  de Apelación del Distrito Nacional se reservan el fallo  y fijaron  para el viernes 14 de febrero a las 11 de la mañana la lectura íntegra de su decisión  con relación al recurso de apelación interpuesto por Batista Ogando, quien fue sentenciado a 30 años de prisión en mayo pasado.

El condenado cumple la pena en la cárcel pública del Kilómetro 15 de Azua.

Geraldine, de 28 años,  había procreado un hijo de cuatro años con el imputado. Al momento de ser ultimada de un tiro, la víctima estaba separada de Batista Ogando, a quien se le había impuesto una orden de alejamiento.

El 24 de noviembre del 2017, Ogando Batista llamó a la hoy occisa a su trabajo, en la calle Primaveral, esquina Gardenia de la Urbanización Galá, de la capital, y quedaron de encontrarse frente al trabajo de ella, lo cual hicieron, según informaron compañeros de labores de la joven.

Tras tener varios minutos conversando, Ogando Batista le disparó desde el interior de su vehículo.

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