Siete feminicidios. Una niña de 4 años secuestrada, asesinada. Un adolescente de 16 que cometió suicidio. Un padre ha violado tres hijas; dos están embarazadas. Esa clase de noticias, en los primeros quince días del año, deberían convocarnos a abandonar la percepción de “hechos aislados”. Son manifestaciones del mismo fenómeno: nuestra grave desarticulación familiar. La familia dominicana está en emergencia debido a la miseria, hiper sexualización de la sociedad, machismo, violencia, alcohol, mala salud física y mental. La perspectiva es agravamiento, mientras el Estado rehúya la visión del problema. No es con programas parciales que lograremos avanzar contra un monstruo de siete cabezas. Hay que instituir el Ministerio de la Familia. Exigirlo a candidatos presidenciales.

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