Venezuela a ciegas y a empujones hacia unas elecciones inminentes

Caracas.- En la convocatoria de las elecciones legislativas que corresponde este año en Venezuela se asoma un doble rasero que, según los pronósticos más esperanzadores, puede destrabar la crisis política o, por las últimas movidas de cada bando, atizar la confrontación entre el Gobierno y la oposición.

En 2020, por ley, el país debe elegir a nuevos miembros de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) que, al menos numéricamente, la oposición controla por amplio margen desde enero de 2016, sin que esto se haya traducido en un poder real contra el Ejecutivo de Nicolás Maduro que considera a la Cámara en desacato.

Esta apreciación, sin embargo, está a punto de cambiar, pues no hay nadie más interesado en reconquistar el dominio parlamentario que el oficialismo y en ese afán el Gobierno inició una hambrienta precampaña en todo el país aunque hasta ahora los ciudadanos no saben cuándo votarán, con cuáles garantías ni por quién.

NUEVO ENTE ELECTORAL

Lo más definitorio del año será la elección de una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), el árbitro de las votaciones que hasta ahora integran una mayoría cercana al Gobierno que han sido acusados dentro y fuera de Venezuela de favorecer a la llamada revolución bolivariana, en el poder desde 1999.

La designación de los rectores electorales es una competencia exclusiva del Parlamento que parece escapársele de las manos debido a la reciente disputa por la presidencia legislativa entre el líder opositor Juan Guaidó y el disidente de su coalición Luis Parra, respaldado por el chavismo.

Esto favorece al Ejecutivo, pues entraría en juego la controvertida idea de «omisión legislativa», según la cual la AN fue incapaz de acordar con 112 de los 167 votos las designaciones y por ende, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que ha cerrado filas en torno a Maduro, asumiría ese rol por tercera vez.

Desde el año pasado, el Parlamento trabaja, con todas las de la ley y participación de oficialistas, en esta tarea que podía llegar a buen puerto en febrero, pero ahora quienes respaldan a Parra como jefe de la Cámara descartan la viabilidad de este mecanismo.

El portavoz del oficialismo en el Legislativo, Francisco Torrealba, ya dijo que no hay condiciones para que se logre un acuerdo dentro del Parlamento por lo que la comisión de diputados que venía trabajando en el tema «ha quedado en el limbo».

MESA DE DIÁLOGO

El Gobierno y un minúsculo sector opositor participan desde hace meses en una mesa de diálogo, cuya funcionalidad o representatividad no es reconocida por el grueso del antichavismo pero que ha venido debatiendo en paralelo lo relacionado con los comicios legislativos.

El pastor evangélico y excandidato presidencial Javier Bertucci, que participa en estas conversaciones, explicó a Efe que esta instancia ya considera innegable la omisión legislativa y por ello la tarea ahora «queda en manos del TSJ».

«Estamos buscando una negociación con la finalidad de conseguir nombres que representen al pueblo, no a nosotros, y que esas nuevas autoridades (del CNE) hagan la convocatoria para las elecciones parlamentarias», dijo.

Bertucci se dice confiado en que el llamado a las urnas para unos comicios legislativos y no presidenciales como demanda la oposición «va a destrabar» la reyerta entre Maduro, cuya legitimidad no es reconocida por buena parte de la comunidad internacional, y las fuerzas que respaldan a Guaidó como presidente encargado de Venezuela.

«Tenemos que avanzar en las cosas que podemos hacer, no ofrecer cosas que no puedes cumplir», sostuvo.

VOTAR: CUÁNDO Y CÓMO

Aunque el chavismo insiste en acudir a las urnas cuanto antes y está desplegado en mítines como si las elecciones fueran mañana, la organización de estos comicios requiere un tiempo que, aun cuando las nuevas autoridades del CNE actúen de manera expedita, no será menor a 120 días.

Bertucci y los otros participantes no oficialistas de las negociaciones esperan que las nuevas autoridades electorales y la fecha de los comicios sean conocidas lo más pronto posible, probablemente en febrero, pero que esa contienda se dispute en el último trimestre del año.

El Gobierno, en cambio, ha mostrado su lado más conciliador este mes al proponer que las votaciones de realicen a más tardar en el tercer trimestre y no en el primer semestre del año como temía la oposición que ocurriera en vista de la sed electoral que ha mostrado el oficialismo hasta ahora.

Maduro ha ofrecido «las más amplias garantías» para tal jornada, así como que esta transcurra con «puertas abiertas al acompañamiento internacional» de Naciones Unidas y la Unión Europea (UE), excepto la Organización de Estados Americanos (OEA) a la que el chavismo acusa de injerencia en el país sudamericano.

Los negociadores que hacen contrapeso al Ejecutivo, señalados de colaboracionistas del régimen por la mayoría opositora, exigen que todos los partidos políticos sean habilitados para participar en las votaciones y se tomen otras medidas, todavía en discusiones, para evitar el ventajismo oficialista que han denunciado en el pasado.

EL CAMINO DE GUAIDÓ

Guaidó, reelegido este año como presidente del Parlamento con 100 de los 167 votos en juego, no ha dado señales de cambios en el camino que ya emprendió la cámara para designar a los rectores electorales, y que puede convertirse en letra muerta en vista de la imposibilidad del Legislativo de materializar sus decisiones.

A juicio de Bertucci, si la mayoría opositora que respalda a Guaidó como líder de la cámara nombra un nuevo CNE, esos designados «están presos al otro día», como ocurrió en el pasado cuando el Parlamento escogió nuevos magistrados para el TSJ que terminaron presos o exiliados.

Mientras tanto, algunos de los partidos más grandes de la oposición se han venido preparando para ir a las urnas, y aunque públicamente aseguran que su meta es repetir las cuestionadas presidenciales de 2018 en las que Maduro fue reelegido, el chavismo asegura que acudirán a las legislativas de este año.

«Van a participar todos los partidos políticos de la oposición, anótelo, nosotros aspiramos a recuperar la Asamblea Nacional con votos, y lo vamos a lograr», dijo esta semana Maduro que pronosticó al menos 104 escaños oficialistas (desde 2016 tienen 55).

¿Participar o no en las elecciones legislativas será un dilema para las fuerzas contrarias al Gobierno? «Decididamente no», respondió a Efe uno de los más altos representantes opositores que prefirió el anonimato, no sin adelantar que la «estrategia» de lucha de este año está puliendo sus últimos detalles.

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