El filme une tres temáticas preponderantes en la contemporaneidad que vivimos: violencia contra la mujer, la cuestión de la experimentación científica tipo Frankenstein (fuera de los límites morales y éticos con sus desvíos y propósitos a costa de la humanidad) y la violencia generada por el odio social (protagonista en las redes sociales). El cuento original solo contaba asuntos que originan su trama y narrativa de manera protagónica. En la naturaleza se dan casos de seres vivos como el camaleón, el insecto hoja, las sepias (coger el color del sitio en el que estén posadas: la arena, las rocas, etcétera); y podemos citar el daltonismo… Pero volvamos al tema. En la adaptación de este filme el foco va sobre la violencia sufrida por una mujer controlada y abusada por su pareja. Es un tipo de parábola en la que reconstruye una narrativa -a partir de la propia trama original- en la que nadie le cree a la chica abusada y perseguida por un ser invisible. Tenemos primero la cuestión de un científico que logra encontrar la manera de hacerse invisible a los demás. Se toma ese personaje y se confronta con una chica a quien persigue como si fuera un fantasma. Ella descubre el truco y las intenciones de su pareja e intenta convencer a todos a su alrededor de lo que le ocurre, pero nadie le cree. Es un poco aquello de la mujer que denuncia persecución y malos tratos machistas pero nadie le da crédito o lo pone en dudas en el mejor de los casos porque el hombre que la acosa y abusa no da señales explicitas de ser violento. ¿Cómo va a demostrar todo aquello? Es ahí donde el filme adquiere dimensión. Su cinematografía reluce junto a la actuación protagónica. Asistimos a una excelente narrativa acondicionada en la “ironía dramática”, muy peculiar porque el público sabe ya lo que ocurre igual que la chica, pero nadie más se entera hasta que es demasiado tarde… Es un buen cliché muy bien conducido y adaptado a la cuestión de la violencia machista. De manera que se estructura como drama al inicio, luego se transfiere hacia el suspense, y termina en terror. El final es propio del momento que vivimos con historias del cine donde la mujer pone en su justo lugar a los abusadores. Aplausos de pie para Elisabeth Moss, supo dar la medida exacta de la psicología de una mujer maltratada. Música y efectos sonoros minimalistas no atropellaron en nada.

HHH Género: Ciencia ficción – thriller psicológico. Duración: 111 minutos.

Posted in Crítica Cine

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