La dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) está esgrimiendo unos alegatos sobre su desempeño electoral del pasado domingo que en el mejor de los casos se pueden definir como una muestra palpable de deshonestidad política, con el fin de animar a una militancia que a veces resulta más inteligente que sus propios líderes.
Es obvio que los argumentos a que recurre el PLD apuntan en la dirección de revertir una tendencia que a juzgar por todo lo que se percibe, no tiene forma de detener, y cuanto más se aferra a lo que es casi un imposible, tanto más se le complica.

Alegar que el resultado de las municipales le ha representado un fortalecimiento del voto consolidado es por lo menos pretender jugar con la inteligencia de los dominicanos, pues si nos atenemos al voto nacional—para usar su mismo ardid—tendríamos que remontarnos al último referente que se tiene, es decir, las elecciones de 2016 que fueran ganadas por el peledeísmo y sus aliados, y en las cuales el PLD, de manera individual, obtuvo dos millones 315,980 votos, equivalentes al 50.22%.

Si le compramos el discurso a la cúpula peledeísta tendríamos que recordarle que aun con su mismo argumento, entre 2016 y el pasado domingo, el PLD perdió diez puntos porcentuales, lo que para cualquier organización significa un escenario cuando menos preocupante.

Pero vayamos al cuadro de lo tangible. En los comicios de 2016, cuando estuvieron en juego todos los cargos de elección popular, el PLD se alzó con 106 alcaldías -entre ellas 15 de las más grandes- y 168 direcciones de distritos municipales.

¿Qué sucedió el domingo? Un descalabro impresionante, al tenor de los resultados oficiales, ya que el PLD sólo obtuvo 64 municipios, para una baja de 42 posiciones, con la agravante de que están entre los menos importantes en términos electorales, con excepción de Santiago y Santo Domingo Norte.

Cuando se analizan los distritos, la caída no podía ser menos dramática, pues entre 2016 y ahora pasó de 168 a 113, para una reducción de 55 posiciones.

¿Y en términos de votos? Aquí el descalabro es mayor, puesto que sólo pudo conseguir el 40.61% (1,011,790), lo que representa una pérdida neta de 1,303,430 votos o el 59.39%.

Pero si queremos más sobre el desastroso desempeño del PLD del presidente Danilo Medina, pudiéramos regresar a las cercanas primarias del 6 de octubre de 2019.

Si faltaba algo, en ese proceso, amañado por demás, votaron en el PLD un millón 795,954 personas, o sea, 785,164 más que la totalidad de los sufragios obtenidos el pasado domingo. ¿A quién cree la cúpula peledeísta que va a engatusar?

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