Estos son tiempos de solidaridad y comprensión, especialmente con los más débiles y vulnerables. Los seres humanos, las personas con las cuales compartimos en nuestros lugares de trabajo, requieren de un espíritu protector proporcional a cada caso, sin favoritismos y con elevado sentido de justicia. Las empresas o sus gerentes, no importa su naturaleza, no pueden pretender capitalizar beneficios en crisis mayores. Muy al contrario, sus auspiciadores, con generosidad, deben no solamente someterse a las normas previstas en la legislación laboral, sino ir a más en pro del trabajador, en la defensa de su integridad y especialmente de su vida. El recurso humano es lo más valioso y debe ser protegido en cualquier circunstancia.

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas