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Anoten bien: Que nadie piense, aunque así lo crean los más ruidosos optimistas, que cuando la Junta Central Electoral ofrezca los resultados oficiales, tras concluir el escrutinio de las elecciones del 17 de mayo, habrá un candidato ganador a la Presidencia en la primera vuelta por haber obtenido más del cincuenta por ciento de los votos emitidos. ¡Eso no va a ocurrir!

Y si no hay un ganador en ese primer tramo de la tan esperada jornada electoral, entonces -obviamente- la JCE tendrá que llamar a una segunda vuelta en la que se disputarán la jefatura del Estado los candidatos que ocupen las casillas 1 y 2. Así de sencillo.

Se podría decir, y lo plantearían quienes desde ya se consideran ganadores, que mi opinión raya en el más “absurdo escepticismo” porque, según su criterio, el pueblo se “volcará “ en votos a favor de su candidato preferido.

En este artículo, por un asunto de profesionalidad en el marco del buen ejercicio del periodismo independiente, no debo citar al aspirante que se crea que sí, que ganará la Presidencia de la República en la primera vuelta.

Como se sabe, Luis Abinader, Leonel Fernández y Gonzalo Castillo son los tres principales aspirantes a ser el próximo inquilino del Palacio Nacional en los comicios del 17 de mayo. Uno de ellos se alzará con el triunfo. ¡Pero no, subrayo, en la primera batalla comicial!

El aspecto que hay que analizar es quiénes ocuparán los primeros dos lugares…y quién quedará fuera de la contienda electoral porque ocupará el fatídico tercer puesto.

En esta tribuna he escrito varios trabajos en los que se abordaron resultados de encuestas (¿?) sobre las preferencias del público votante en la consulta comicial de mayo.

Incluso, en uno de esos artículos he formulado esta pregunta: ¿Se puede creer en las encuestas? Pero también he dado crédito a sondeos que, por lo que observé en sus mediciones, pueden tener credibilidad.

Otras encuestas, sin embargo, no son creíbles y esto quedó demostrado en las elecciones municipales celebradas el pasado domingo.

A propósito -y este es un elemento clave dentro del presente análisis- creo que los resultados de los comicios municipales no deben tomarse como “termómetro” para hacerse un objetivo juicio de valor respecto a lo que podría ocurrir en las elecciones presidenciales y congresuales del venidero 17 de mayo.

Siguiré en la segunda entrega.

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