En momentos como los que vive la humanidad, no resulta extraño que alguna gente haga circular información falsa. Que también difunda contenidos alarmistas, rumores y tonterías que no resisten el más mínimo ejercicio de intuición para descubrir que se trata de disparates. A veces sólo bastaría con ver el origen o la ausencia de fuentes de donde surgen determinados contenidos.

Nada de eso es raro. Los medios establecidos, y especialmente los tradicionales, son los referentes para que los ciudadanos se formen un juicio cierto acerca de la realidad, de los hechos y situaciones.

Pero en el caso que nos ocupa, el COVID-19, que es una pandemia, los agentes públicos, esencialmente el poder político, el Estado, debe jugar un papel dinámico en el flujo de información válida y útil para las personas.

Las medidas que ejecute el gobierno como administrador del Estado y responsable de la salud colectiva son siempre bienvenidas, esenciales, y merecen la acogida de todos. Podría haber algunos reparos acerca de lo que pudiera ser mejor. Pero en estas circunstancias no sería sensato potenciar las diferencias.
Hasta podrían dejarse pasar cosas. Es decir, hay que permitir que los administradores manejen la crisis, que gobiernen.

Ahora bien, en ese ejercicio de gobernanza deben entender definitivamente que el manejo de la información es esencial. De mucho más valor que suministros mismos de insumos básicos de sobrevivencia.

Insistimos en que las autoridades nacionales tienen que transmitir a la población el mayor número de información posible, y más que informar, educar acerca de la dimensión del drama.
No se trata de alarmar. Es que la situación es alarmante, y no hay que atenuarla. La gente tiene que comprender que debe actuar en proporción a la dimensión de la misma.

Desde ayer entró en vigencia un toque de queda desde las 8:00 p.m. hasta las 6:00 a.m. de cada día. Los ciudadanos deben recibir toda la explicación relativa a la misma. Se deben “endurecer” todos los contenidos relativos a la necesidad de respetar el “aislamiento social”, es decir, la permanencia en casa. Y sólo salir ante un hecho o situación que lo amerite.

Información y más información. Que la gente entienda el momento.

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