En el supuesto de que este virus sea una arma biológica o virusbiológica o bacteriológica o bioarma, creada o mutada con patógeno u otro microorganismo, estamos ante la primera guerra universalizada bacteriológica.
Es oportuno recordar que el uso de microorganismos se estipula bajo la Convención de Armas Químicas. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirma:

“La comunidad internacional prohibió el empleo de armas químicas y biológicas después de la Primera Guerra Mundial y reforzó esa prohibición en 1972 y 1993, cuando proscribió también el desarrollo, la producción, el almacenamiento y la transferencia de dichas armas. A raíz de los adelantos de las ciencias de la vida y la biotecnología y los cambios en cuanto a las condiciones de seguridad, ha crecido la preocupación de que las restricciones impuestas desde hace años al empleo de armas químicas y biológicas se vean socavadas o ignoradas”.

Agrega: “El uso inadecuado de la ciencia o de los avances científicos para el desarrollo de armas que envenenen o propaguen deliberadamente enfermedades siempre ha provocado alarma y repudio en la opinión pública. El CICR dio cuenta del horror que provocó en la opinión pública el empleo de esas armas en el llamamiento que formuló en febrero de 1918, en el que se refirió a ellas como ‘inventos propios de la barbarie’ que ‘sólo pueden ser calificados de criminales’.”(“Armas químicas y armas biológicas” Abril 2013).

Efectivamente, en 1925 se acordó el “Protocolo de Ginebra”, prohibiendo gases tóxicos como armas de guerra química y asimilada por igual a bacteriológica, especialmente las Convenciones de 1972 y más reciente la de 1993; la primera, asegura el Comité Internacional de la Cruz Roja, “…se suele hacer referencia como la Convención de armas biológicas o la Convención de armas biológicas y toxínicas, supuso un gran avance hacia la eliminación total de ese tipo aberrante de armas”.

El CICR dice que: “Dado el enorme potencial, tanto beneficioso como perjudicial, de los avances en las ciencias químicas y biológicas (…) la vigilancia del posible empleo de esos adelantos para desarrollar armas químicas y biológicas sigue siendo sumamente pertinente”.

Agrega: “En respuesta a esas preocupaciones, el CICR hizo un llamamiento en septiembre de 2002 sobre “Biotecnología, armas y humanidad”, que se centra en la posibilidad no sólo de que la ciencia se utilice con fines hostiles, sino también de que los adelantos científicos se utilicen para modificar agentes de enfermedades existentes de modo de tornarlos más nocivos, fabricar virus a partir de materiales sintéticos y químicos para alterar la conciencia, el comportamiento o la fertilidad”.

Si de esas preocupaciones se trata el Covid-19, se puede suponer que el objetivo perseguido, sin importar cuántos cientos de miles o millones de muertos se provocarán, sin disparar un arma de fuego, es el desplome de la economía, provocando un nuevo orden en el mercado mundial. Aun no siendo provocada esta pandemia bacteriológica, hay ya miles de muertos y desde este momento el inicio de una fuerte recesión económica en la aldea global de la cual no escapa ningún país. Para este desafío como país debemos prepararnos. Esta crisis, asumirla como una oportunidad para avanzar; seamos fuertes y solidarios. Sólo requerimos de un Jefe de Estado en quien confiar por su capacidad y experiencia.

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