En medio de tanto miedo social a causa del COVID-19 que estimula las compras desesperadas y las filas de personas en los bancos y sitios de abastos, ayer este diario trajo una buena noticia. Los productores agrícolas, agroindustrias y transportistas que los asisten, tienen una buena comprensión acerca de sus responsabilidades para garantizar el suministro de alimentos a la población de las grandes ciudades.
Por eso, lo primero que las autoridades del ramo deben hacer es alentar la confianza entre los responsables de una cuestión fundamental como la alimentación a partir de productos de origen local. Deben hacer lo necesario para que los esfuerzos de los productores no desfallezcan y que sus frutos lleguen a destino.
En consecuencia, ninguna medida administrativa o de control debe convertirse en obstáculo. Una carta de ruta para evitar excesos de quienes deban aplicar restricciones dentro del toque de queda no está mal, pero es innecesaria. Las leyes y resoluciones vigentes establecen controles para determinados tipos de transporte durante la noche, como ganado, por ejemplo.
En esta situación, es clave mantener el ritmo de trabajo, guardando las medidas de protección de las personas, en las agroindustrias procesadoras de productos de origen agrícola que no se deben perder en el campo.
Las autoridades han dicho una y otra vez que en el país se produce el 80% de los alimentos que consumen los dominicanos. Y por las características de la actividad agrícola, una emergencia como la decretada no altera la dinámica del campo. Las siembras realizadas y los cultivos en plena producción no se detendrán.
Importa que esos productos lleguen a los mercados. Directrices inteligentes evitan una ralentización de los suministros. Organizar el acceso, la higiene y la seguridad de los mercados, es competencia de autoridades municipales y de salud. Los mercaderes igual deben poner de su parte para que todo marche bien.
Los centros de expendio más organizados juegan un papel.
Con la mira puesta en los dominicanos, juntos se puede garantizar la cadena alimentaria.
