No es tiempo de perder tiempo. Dejemos atrás el ocio, el desperdicio y la indiferencia. Este virus ataca el cuerpo, pero realmente viene por tu conciencia. Dejemos de entender a medias, entendamos ya quién es el todo. Toma tu cruz y anda por tu casa, recorre tu alma y sujeta tus horas en esta encrucijada, porque no importa si un virus domina los suelos cuando estás alineado a quien gobierna desde el cielo. Nadie sabe el bien que tiene hasta que lo pierde, y nadie pierde más que aquel que se cree ganado. ¡Cuidado con lo que pierdes cuando ganas! Muchos dicen saber a dónde van, pero ya están perdidos. El que busque salvar su vida, la perderá pero el que pierda su vida por causa de Jesús, la hallará.