Washington, DC. Las protestas, en su mayoría de seguidores del presidente de EE.UU., Donald Trump, contra el confinamiento por la pandemia de coronavirus no han hecho más que multiplicarse y ayer viernes le tocó el turno de Minesota, en pleno corazón del medio oeste, donde centenares de manifestantes salieron a la calle para rechazar la cuarentena.
Poco antes del mediodía, los participantes en la protesta, muchos fuertemente armados, comenzaron a concentrarse a pie y a bordo de vehículos frente a la residencia en la ciudad de Saint Paul del gobernador de Minesota, el demócrata Tim Walz, para rechazar las medidas de confinamiento que ha decretado.

Pertrechados con banderas de EE.UU., algunos con máscaras faciales y en muchos casos sin respetar las distancias, los manifestantes armados acudieron con pancartas con mensajes como “Eh Walz, solo quiero jugar al hockey”, “la libertad es esencial”, “la humanidad no es un virus” o “paren el confinamiento”.

Incluso llevaron un cerdo en una carreta con un póster que rezaba “no jueguen con mi suministro de comida, todos los trabajos son esenciales para la cadena de abastecimiento”, en referencia al cierre de una planta de procesamiento de carne de porcino en el vecino estado de Dakota del Sur por los casos de COVID-19 y los temores a que ocurra algo similar en Minesota.

Uno de los organizadores de la concentración, Don Huizenga, excandidato republicano al Senado estatal, explicó a Efe por teléfono sus motivaciones para organizar la protesta, bautizada como “Liberen Minesota”: “Es la primera vez en nuestra historia que se suspende nuestro derecho constitucional, y eso es totalmente inaceptable”.

Y es que las órdenes de confinamiento en varios estados están poniendo en tela de juicio los propios fundamentos de este país, donde la libertad individual es considerada esencial.

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